¿Cómo hablar del COVID-19 con los niños?
La psicosis social a raíz de la propagación del COVID-19 puede generar miedo en niños, muchos de los cuales no son ajenos a la abundante información que circula en los medios de comunicación y a los comentarios de su entorno más cercano sobre la enfermedad. Para paliar la “señal emocional de alarma” que puede sentir la población infantil, la Unidad de Crisis y Conflictos de Barcelona (UTCCB), en la UAB, y la plataforma Faros del Hospital Sant Joan de Déu han difundido una guía.
En la guía, que se basa en un documento redactado por el Centro de Psicología de Crisis de Bergen (Noruega), se aconseja a los profesores tratar el tema en las aulas para comprobar lo que los alumnos saben y lo qué no sobre este nuevo brote para así poder corregir información errónea.
Por ejemplo, según los profesionales que han confeccionado el texto, a los niños se les puede decir que “el coronavirus provoca infecciones respiratorias en las personas, aunque mayoritariamente causa síntomas leves” y que, a pesar de ello, “algunas personas han muerto por la enfermedad”. Y que se habla tanto de él porque se ha expandido y hay un gran número de personas infectadas.
No obstante, es importante recalcarles que “muchos profesionales sanitarios están trabajando para entender mejor el virus y reducir así sus riesgos”, y que, a pesar de no existir una vacuna todavía, se están buscando posibles medicamentos.
También se puede aprovechar la ocasión para enseñarles pautas de higiene básica, como lavarse las manos a menudo o toser con un pañuelo delante.
Otra de las preguntas que suelen plantearse los más pequeños de la casa es si el virus es peligroso, a lo que se les podría responder que “solo puede ser peligroso” si se está en contacto con una persona enferma, que las personas que lo padecen tienen una infección respiratoria –“tosen y tienen fiebre”- y que la mayoría de las que enferman tienen síntomas leves, por lo que el índice de letalidad es bajo.
Asimismo, se aconseja a los padres y profesores demostrar a los niños que pueden expresarse y confiarles sus dudas, lo cual contribuirá a reducir su ansiedad y miedo. La Vanguardia (I)