Guayaquil y Quito son las más bulliciosas del país
Pararse por un momento en el centro de Guayaquil puede ser un festín de sonidos: pitos, motores, voceadores, campanas de iglesias, barullo de la gente. Todo se mezcla.
En Quito el panorama no es muy distinto, aunque ahora los aviones ya no atraviesan la ciudad, brindando así un poco más de silencio.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció que el promedio aceptable de ruido es de 60 decibeles (unidad de medida de sonido) en ambas ciudades los niveles de contaminación auditiva sobrepasan esta cifra.
Según estudios realizados por la Fundación Médica contra el Ruido, Ambientes Contaminantes y Tabaquismo (Funcorat) en Guayaquil y Quito, los niveles sobrepasan los 80 decibeles, lo que representa riesgos directos en la salud de las personas.
El presidente de Funcorat, Francisco Plaza, dice que en los últimos 10 años el ruido ha aumentado por el incremento del parque automotor y el desarrollo de la tecnología. “Hace 40 años un parlante no atormentaba tanto el oído como ahora, que son unos monstruos capaces de romper el tímpano a cualquiera; de esta forma el ruido es igual de tóxico que la basura”.
En cuanto a las afecciones, el aparato auditivo es el más propenso a dañarse. El otorrinolaringólogo Pedro Toledo explica que el ruido por encima de los valores normales trae lesiones irreversibles a nivel del órgano de Corti, donde se encuentran las células sensoriales que transforman la onda sonora mecánica en eléctrica para ser transportadas por el nervio auditivo y llegar al cerebro como sonido.
“El trauma acústico, clasificado en grado 1, 2 y 3... de manera ascendente es una de las mayores manifestaciones, además de los trastornos psicológicos. Vivir en un ambiente de mucho ruido genera irritabilidad y desemboca en violencia”, afirma el especialista.
En el aparato digestivo, en cambio, dice el endocrinólogo Francisco Vera, el ruido aumenta la colecistoquinina (enzima que regula los alimentos y los transforma en energía), y con esto se incrementa la segregación de los jugos gástricos y suben los niveles de PH. “El ruido incide en que se desarrolle una gastritis y si no se acude a un médico se puede transformar en una úlcera”.
Agrega que a nivel cardiológico también repercute negativamente al alterar el patrón de conducta cardiovascular, que puede desembocar en un infarto. “No se puede predecir cuántos casos se dan, porque el umbral de la tolerancia de ruido es grande, pero hay personas que han muerto por efectos del ruido”.
Pero estos no son los únicos síntomas. El ginecólogo, Francisco Plaza, explica que en el hombre el estrés provocado por el ruido causa vasoconstricción arterial y periférica, lo que hace que disminuya la circulación y el flujo sanguíneo testicular y produzca disfunción eréctil. En la mujer ocurre de manera similar.
Plaza advierte que estar en un ambiente de ruidos genera síndrome de ansiedad y que “eso se traduce en bulimia o desorden alimenticio, lo que lleva a tener obesidad y a su vez trastornos en la ovulación, además causa dificultad para lograr embarazarse y síndrome de ovarios poliquísticos”.
La OMS estableció que el promedio aceptable de ruido es de 60 decibelios en el día y 50 por la noche¿De hecho, según Wilson Tenorio, estudios de Funcorat han demostrado que exponer a mujeres en embarazo a ruidos estridentes ocasiona que el niño nazca con problemas de aprendizaje en aritmética, matemáticas, y además genera agresividad.
El Ministerio del Ambiente (MAE) trabaja en el proyecto llamado “Red Ecológica Guardianes del Planeta”, que busca a través de visitas a diferentes instituciones socializar temas como la contaminación acústica.
Tenorio, quien además es vicepresidente de Funcorat, dice que desde hace dos años iniciaron los trámites para que se apruebe la Ley contra el Ruido, que busca que no se pite cerca de centros educativos, lo que altera el desenvolvimiento normal académico, ni en hospitales.
Otra de las soluciones que plantean es la construcción de estos lugares, al igual que casas con material antirruido, como ocurre en países como Suiza. Pero mientras eso ocurra, el especialista dice que continuarán con la concienciación de este problema, desde las aulas, a través de charlas y marchas.
DATOS
El Ministerio del Ambiente expidió la normativa sobre “Límites permisibles de niveles de ruido ambiente para fuentes fijas, fuentes móviles, y vibraciones” y “Norma de ruido de aeropuertos” que se presenta en el Anexo 5 y Anexo 9 del Libro VI del Texto Unificado de Legislación Secundaria del Ministerio del Ambiente (Tulsma).
En España hay sanciones que van desde 600 euros por contaminación. Mientras que en Nueva York, en el túnel Lincoln, para quienes usan indebidamente el pito existe una multa de 500 dólares.
Decibel es la unidad relativa empleada en acústica, electricidad y telecomunicaciones.