Gremios de la salud piden aplicación de jornadas especiales de trabajo
En dos normativas constan detalles de las jornadas especiales de trabajo y en una de ellas el Ministerio de Salud Pública (MSP) aborda los horarios de los profesionales sanitarios.
Según el documento, la aplicación de las jornadas especiales privilegiará las áreas de atención crítica o de alta demanda (cirugías programadas, consulta externa, imagenología y laboratorio).
En el artículo 25 de la Ley Orgánica de Servicio Público (Losep) se establece el horario especial de labores para aquellas instituciones que por su misión lo requieran.
Debe ser fijada -reza el texto- para cada caso y observar el principio de continuidad, equidad y optimización del servicio.
Sin embargo, según los profesionales de la salud, en pocos casos se aplican los horarios diferenciados.
Las enfermeras, por ejemplo, realizan jornadas que sobrepasan las ocho horas diarias en turnos rotativos (mañana, tarde y noche).
A veces en consulta externa, otras en emergencia, según la necesidad médica.
Así lo sostiene Beatriz N., de 52 años, enfermera en un centro de salud de la ciudad de Latacunga. Ella trabaja 12 horas diarias de lunes a sábado
“Es demasiada extensa la jornada y provoca desgaste al personal y más complicado es en emergencia o cuidados intensivos. El deterioro físico y mental aumenta en esas áreas”.
Prioridades
Para Cumandá Barriga, presidenta del Colegio de Médicos de Cotopaxi, deben considerarse los riesgos a los que están expuestos los trabajadores y profesionales de la salud.
En ese grupo cree que se debe incluir a los trabajadores expuestos a radiaciones ionizantes, por el riesgo que involucra su actividad diaria. “En la terapia intensiva padecen estrés y es necesario tenerlos en plenitud de condiciones porque de su actuación depende la vida de las personas”.
Entre las mayores afectaciones -de acuerdo con Barriga- están el síndrome de Burnout (agotamiento físico) y el envejecimiento prematuro por la demanda de atender pacientes cada 15 minutos.
El coloproctólogo Víctor Álvarez labora en un sanatorio de Quito, donde ya existen jornadas especiales. Por ello cree que cada institución debe practicarlas de acuerdo a sus particularidades y no generalidades como menciona la Losep.
En su especialidad hay 13 profesionales que deben cubrir a todos los pacientes los 365 días del año y las 24 horas. “Generalmente laboramos seis horas diarias y asistimos a llamadas no presenciales. Estamos atentos a las emergencias y siempre listos para operar”.
Para él hay unas especialidades más desgastantes que otras, y por eso es necesario acortar el tiempo de trabajo diario.
“Se ha demostrado con estudios que a partir de las seis horas el médico empieza a despersonalizarse y tiene más riesgos de reincidencias o errores sanitarios”.
Exhorto del Legislativo
El pleno de la Asamblea Nacional hizo un exhorto al MSP y al Ministerio del Trabajo para que elaboren el camino de aplicación de la normativa.
El MSP, en una consulta efectuada por EL TELÉGRAFO, indicó que no recibieron ninguna comunicación al respecto.
La legisladora Norma Vallejo, proponente de este exhorto, organizó una mesa de trabajo con los representantes de los gremios médicos del país para escuchar las alternativas existentes.
Según William Garzón, presidente de la Comisión de Salud del Legislativo, el Código Orgánico de la Salud (COS) incluirá aspectos sobre este tema.
“El COS tendrá grandes avances en materia de talento humano, tales como la carrera sanitaria y el reconocimiento a las jornadas especiales”.
Precisamente, la inclusión de este tema en el COS es el anhelo de los profesionales de la salud para que se efectivice la jornada especial.
“Una vez que se apruebe el COS, el siguiente paso será trabajar en la elaboración del reglamento de aplicación de la jornada especial en el que se clarificarán detalles como las especialidades que serán beneficiadas”, acotó Barriga.
En su momento, José Eras, presidente de la Federación Médica Ecuatoriana (FME), pidió que estos horarios sean para todos los profesionales y trabajadores de la salud porque existe una sobrecarga laboral. (I)