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Graduados en institutos se insertan en empresas
En Ecuador funcionan 138 institutos superiores técnicos tecnológicos públicos y 140 particulares. En estos centros educativos se forman 100.000 estudiantes que en un lapso de tres años obtienen sus títulos profesionales.
Camilo Luzuriaga, director del Instituto Superior Tecnológico de Cine y Actuación (Incine) y presidente de los institutos privados, precisó que el 90% de los graduados en estos establecimientos se vincula -directamente- a una plaza laboral relacionada a la profesión.
En las universidades apenas uno de cuatro alumnos logra trabajar en lo que estudió, según el director del centro.
Con esto concuerda Wilfrido Robalino, rector del Instituto Tecnológico Vida Nueva, ubicado en el sur de Quito. “El que estudió mecánica industrial sale y trabaja como mecánico industrial. Eso no pasa en la universidad”, expresó el rector de la entidad, la cual cuenta con un índice de alumnos empleados que supera el 80%.
En el Vida Nueva se forman 2.500 jóvenes. En el nuevo período académico, que empieza en octubre, habrá 500 más.
Otro de los establecimientos donde la tasa de inserción laboral es alta es el Instituto Tecnológico Superior David Ausubel. Su rector, Rodrigo Jiménez, informó que el 80% de los estudiantes sale con trabajo fijo. El 20% restante crea microempresas con otros compañeros de aula.
La inserción
María Fernanda Arboleda, subsecretaria de formación técnica y tecnológica de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), indicó que el porcentaje de jóvenes que se inserta en el sector laboral es alto. “Como son carreras específicas, la pequeña, mediana y gran empresa demandan sus servicios. Por ello, conseguir empleo es inmediato”.
Las prácticas profesionales, que se realizan desde el primer año de estudios, inciden directamente en la contratación de los técnicos.
Esto sucede en el Instituto Bolivariano de Loja, cuyo sistema de enseñanza es 100% práctico desde 2009.
Víctor Hugo Samaniego, rector de este centro de estudios, comentó que el objetivo es desarrollar las habilidades y las destrezas de los nuevos profesionales. La tasa de inserción laboral asciende a 60%.
Según la funcionaria de la Senescyt, la ventaja de los jóvenes con este tipo de formación es que practican en empresas que luego optan por contratar sus servicios.
Por su parte, Ernesto Torres, rector del Instituto Tecnológico Superior Cordillera, uno de los más grandes de la capital (tiene 7.000 alumnos) afirmó que el 70% de sus graduados labora en empresas públicas y privadas.
En el nuevo ciclo académico el Cordillera abrirá 1.200 cupos para recibir a los nuevos bachilleres.
Una propuesta
Uno de los temas de interés en los institutos es que entreguen títulos de tercer nivel, es decir, que sus profesiones sean equivalentes a una licenciatura.
Los rectores coincidieron en que ese cambio a la normativa ayudará a revalorizar económica y profesionalmente a este tipo de servidores.
Robalino aseguró que, según normas internacionales, por cada ingeniero se requieren entre ocho y 10 técnicos, pero en Ecuador pasa lo contrario, por cada técnico hay entre ocho y 10 ingenieros. (I)
Rectores objetan cambio en la normativa
Los rectores de 120 institutos superiores, técnicos y tecnológicos particulares del país se reunieron en Quito con las autoridades de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) y el Consejo de Educación Superior (CES). El encuentro se realizó en el marco del Diálogo Nacional planteado por el Poder Ejecutivo.
Durante la reunión los representantes académicos trataron sobre las reformas planteadas a la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES). Lo que más les preocupa, según Camilo Luzuriaga, presidente de los institutos particulares, es que las universidades abran institutos técnicos. Luzuriaga sostuvo que esto puede generar una competencia desleal entre ambos organismos de formación.
“En lugar de promover la educación técnica, le quita merecimiento. Porque el mensaje enviado a los estudiantes es: vayan a los institutos que abrirán las universidades, los que hay no sirven”, protestó Luzuriaga.
Otro de los temas es la autonomía de estos establecimientos en cuanto a su gobernanza. Los rectores plantean que sin el promotor (propietario de los bienes en los que funciona uno de estos establecimientos), los centros de educación superior particulares “mueren”. La razón -según el representante de los institutos- es que ningún rector, elegido por voto universal, responderá con su peculio personal por las finanzas de una institución educativa superior.
En estos días, la Senescyt y el Ministerio de Educación estudian la opción de reforzar el bachillerato técnico y tecnológico para que pueda tener continuidad en un instituto, incluso luego con una especialización. (I)