CIENCIA
Genoma de la oveja revela secretos sobre su producción de lana
Los científicos lograron secuenciar el genoma de la oveja tras ocho años de esfuerzos, para descubrir en particular los secretos de su resistente aparato digestivo y de su producción de lana gruesa.
Los investigadores también hallaron que las ovejas derivaron de las cabras y de otros rumiantes hace cerca de cuatro millones de años.
Estos estudios, en los cuales participaron 26 institutos de investigación de ocho países, fueron conducidos en Australia y publicados el jueves en la revista estadounidense Science.
Los nuevos descubrimientos podrían permitir la elaboración de pruebas de ADN para acelerar programas de selección y ayudar a los criadores a mejorar sus rebaños.
La secuenciación permitió identificar los genes que dan a las ovejas su tejido y reveló las características genéticas de su sistema digestivo, que les permite comer y digerir cualquier clase plantas de baja calidad. Su estómago se compone de cuatro cavidades.
La investigación también reveló la imagen más completa lograda hasta ahora de la compleja biología del animal, lo cual abre la vía a potenciales avances sobre las enfermedades que afectan a este rumiante.
Los científicos compararon el genoma de la oveja al de los humanos y otros animales, entre ellos las vacas, cerdos y cabras.
El análisis condujo a la identificación de varios genes ligados a la producción de lana y a otras cualidades que han jugado un papel clave en la evolución de su panza o rumen, una cavidad en el estómago que se especializa en disolver los materiales de las plantas para que éstas puedan ser digeridas.
Con 1.000 millones de ovejas en el mundo, de ellas 70 millones en Australia, estos trabajos podrían tener un gran impacto en la ganadería ovina, dado que este animal es una importante fuente de carne, leche y lana.
Las ovejas también son importantes objetos de investigación biomédica, en particular en Australia. Los recursos del genoma desarrollados gracias a esta secuenciación proveerán bases sólidas para explorar detalladamente las similitudes y diferencias entre las ovejas y los humanos a nivel molecular. Esto debería conducir a mejorar los tratamientos médicos de enfermedades como el asma y la septicemia.
Además de los australianos, participaron en el proyecto científicos estadounidenses, británicos, chinos, franceses, daneses y neozelandeses.