Los “Z” son una generación cuyos integrantes son personas que tienen entre ocho y 24 años. Lo complejo de estos seres humanos es comprender la conducta que tienen.

Ellos pasan pegados a las pantallas de sus smartphones las 24 horas del día, los siete días de la semana. Son esas personas  que no conciben la vida sin internet. La tecnología está en su ADN.

ATREVIA, la consultora global de comunicación de España tiene un libro que se fundamenta en estudios, en donde se da cuenta de la conducta de estas personas.

Carmen Sánchez– Laulhé, directiva de la mencionada consultora, conversó con este diario para precisar el comportamiento de estos seres humanos.

Ella aclara que no se está hablando de la generación que viene sino de la que ya está aquí.

“Son alrededor del 25% de la población a nivel mundial y se están incorporando al mercado laboral, por esto  último es que son objetos de estudios. Entre sus principales características están superar retos y dejar huellas, pero no a largo plazo”.

Con pensamiento diferente
Para ellos el respeto a las diferencias y modos de vida de los demás es fundamental. No creen en etiquetas.

“Esta generación le huye a los estereotipos. Se preocupan por cuestiones más generales como la educación y la política. Preocuparse por su entorno los obliga a estar pendientes y tomar acciones Se ven  más involucrados, ya que, si algo no les gusta, desean cambiarlo. Quieren dejar un mundo mejor”, dice Sánchez.

Cada vez más exigentes
Como estudiantes este grupo es muy crítico del sistema educativo tradicional, pero valoran las titulaciones porque creen que el desarrollo de sus habilidades y la autoformación serán útiles.

Sus exigencias se fundamentan en que pueden obtener cualquier información tan solo con un clic, por ello esperan de los docentes un valor agregado.

“Dame algo que no pueda encontrar en Google” es el lema de ellos y lo que exigen a sus profesores. De ahí que esperan recibir una educación más vocacional.

Pero si en el campo educativo son muy exigentes,  en el laboral no se quedan atrás.

Para los “Z”, su tiempo libre, su familia y su educación tienen mucha más relevancia que un puesto de trabajo y un salario fijo. Por ello son más selectivos a la hora de firmar  contratos con una empresa.

Antes de hacerlo analizan la sostenibilidad, dinámica, flexibilidad laboral, ambiente de trabajo e innovación que la agrupación tenga.

Para la psicóloga Sandra Armijos, el “Z” está consciente del valor del tiempo y, por lo tanto, quiere disfrutar lo que hace”, además busca en las empresas un líder, no un jefe, porque necesitan alguien que los inspire no que les dé órdenes.

Estos cambios -añade Armijos- surgen porque tienen la tecnología en sus manos. Internet les hace ver  que no existen límites.

De ahí nace ese deseo de viajar y esto va de la mano con la “Gig Economy”, una economía basada en empleos simultáneos y temporales.

Los jóvenes empiezan a trabajar a medio tiempo o en horarios que les permitan explorar en campos tecnológicos.

Sánchez concluye en que otro punto importante de los “Z” es que antes de consumir algún producto consideran cuatro aspectos: calidad, precio, inmediatez y sostenibilidad. (I)