La enseñanza se transmite por varias generaciones
”El conocimiento de la hilada, de la escarmenada y del tejido se transmite de generación en generación”. Así lo manifiesta Yolanda Guamán, quien heredó estos saberes artesanales de su madre Mercedes Chacaguasay, quien a su vez lo aprendió de la suya, María Bayas.
“Hace algunas décadas atrás, era común que cuando una chica se quería casar debía hilar perfecto, caso contrario la futura suegra no la aceptaba”, comenta Mercedes, quien tiene 65 años de edad.
Recuerda que antiguamente, con el trabajo del hilado y la confección de las bayetas con lana de borrego, las personas de estas comunidades podían comprar un animalito o un pedacito de tierra que debía ser destinado para la agricultura.
“Ese trabajo era uno de los apoyos económicos más importantes a nivel familiar”, sostiene la artesana, al rememorar la forma de vida de los pueblos y cómo con el paso del tiempo ciertas costumbres de la gente han cambiado o desaparecido.
Agrega que en la actualidad las mujeres han dejado de usar la lana de la oveja y han optado por tejer en el telar, en palillos o a crochet la lujosa lana de la alpaca, otro animal muy típico del altiplano ecuatoriano. (I)