El espacio tiene 217 equipos y contó con una inversión de $ 2 millones
Futuros médicos practican en clínica de simulación (Video)
Antes era frecuente que los estudiantes de los niveles iniciales de Medicina acudan a los hospitales públicos para poner en práctica lo aprendido en libros. Ahí solicitaban permiso a una paciente para hacerle, por ejemplo, la prueba del tacto vaginal.
Ahora los futuros médicos tienen la posibilidad de practicar con muñecos que simulan ser seres humanos. Es decir, tienen pulso, respiran, se quejan, lloran y se enferman. Además, presentan cualquier complicación como intoxicación, paros respiratorios, fracturas, etc.
Esto es lo que ofrecerá la Clínica de Simulación de la Universidad Central, que estará montada en 2 semanas.
Al momento se ha improvisado un espacio en la Facultad de Medicina para que los estudiantes puedan ocupar los equipos, y luego en el futuro puedan atender a los pacientes reales con mayor destreza.
Mayra Montalvo, estudiante de quinto semestre de Obstetricia, participa en la simulación de un parto normal.
Previamente ella y sus compañeras han tomado los signos vitales de la paciente, monitorean sus latidos, comprueban la dilatación y están listas para traer al mundo un nuevo ser.
La paciente es una muñeca preparada para tener contracciones y presentar cuadros de hemorragia al tratarse de un escenario complicado.
“En las simulaciones aprendemos mucho, porque la paciente puede tener hemorragias, que están entre las principales causas de mortalidad materna. Esto es importante para saber si debemos canalizar vías, hacer masajes, poner medicación que nos ayude a controlar la hemorragia y derivarla a un hospital de tercer nivel”, explica la joven.
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Si bien existen algunas universidades particulares y públicas en el país que tienen equipos de simulación, para Ángel Alarcón, coordinador académico de la Clínica de Simulación de la Universidad Central, esta será la más grande del país.
Tiene 1.000 metros de construcción y cuenta con una inversión de $ 2 millones entre equipos e infraestructura.
Entre los criterios evaluados por el Ceaaces a las facultades de medicina era que precisamente incorporen un programa de simulación. La Central pasó la evaluación y fue acreditada por 5 años.
“Nuestros equipos son los mejores, tienen simulaciones reales en las que el estudiante se estresa y pone a prueba su entrega y conocimiento (...) aprenden también a ser más solidarios y a trabajar en equipo”, destaca Alarcón.
Según explicó, en el primer trimestre de 2015 en la Clínica de Simulación (espacio adecuado) han practicado 2.114 estudiantes en un trimestre. En la nueva clínica recibirán prácticas diariamente 300 estudiantes, 1.500 a la semana o 6.000 mensuales.
El ingeniero bioquímico David Erazo está a cargo de la programación de los muñecos. Por ejemplo, puede programar una intoxicación por escopolamina, un paro cardiorrespiratorio, fracturas, heridas de bala. “Existen alrededor de 400 escenarios en diferentes áreas neonatales, pediátricas, trauma y otras”.
La Clínica de Simulación tiene 200 muñecos por partes (brazos para extraer sangre o torso para animación cardíaca) y 17 muñecos de cuerpo completo que tiene más de 4 mil sensores, para producir llanto, dilatación de pupilas o sudor, incluso la muerte.
Erazo explica que el primer paso para la programación consiste en idear un escenario real. Por ejemplo, el de intoxicación por bebida alcohólica o heridas con objetos cortopunzantes.
“Los estudiantes analizan este panorama y cuando ingresan a la sala de simulación, el muñeco empieza a generar síntomas y malestar producto de ello. Los alumnos sugieren colocar alguna medicina y eso es también verificado en la computadora”, detalla.
Andrea Pérez, estudiante de Medicina, considera que esta posibilidad de aprendizaje es trascendental. “Cuando vamos a los hospitales tenemos más confianza de realizar cualquier procedimiento que ya lo practicamos”, apunta. (I)