Tras oficiar la misa campal en el Parque Samanes, en el norte de Guayaquil, el papa Francisco se dirigió al colegio Javier donde almorzó con otros religiosos y descansar un poco, antes de emprender su retorno a Quito para una reunión con el presidente Rafael Correa y una visita a la Catedral Metropolitana, en el corazón histórico de la capital.

En ese centro educativo, Francisco también mantuvo un encuentro con el nonagenario sacerdote Francisco Cortés, conocido como padre Paquito, a quien el Pontífice le hizo saber, por terceros, que quería verlo después de su último encuentro hace 30 años en Buenos Aires.

"Para mí es un acto de humildad de ese hombre, acordarse de una persona  (...) sin ningún mérito y nada especial. Ha insistido en que quiere verme", dijo Cortés en varias entrevistas que se difundieron antes de que el Papa llegue al país.

Francisco inició desde temprano su agenda en Guayaquil con una visita al Santuario de la Divina Misericordia, en la vía a la Costa.  Ya en la capilla se reunió con un grupo de invitados a quienes sorprendió con un pedido: "Les doy la bendición. No, no les voy a cobrar nada, pero les pido por favor que recen por mí. ¿Me lo prometen?", dijo el Sumo Pontífice desatando risas entre los asistentes.

Posteriormente ofició una misa campal, la primera en Ecuador, en el Parque Samanes, en donde le acompañaron unos 800 mil fieles, según informaron autoridades.

El martes el papa oficiará una segunda misa campal, esta vez en el parque Bicentenario, en Quito, donde se espera a un millón de personas. (I)