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Hasta la eucaristía llegaron miles de argentinos, brasileños y chilenos

Francisco compara a las paraguayas con María

Francisco llegó al Santuario de la Virgen de Caacupé, en el este de Asunción, en el papamóvil. Estuvo unos momentos en la capilla y bendijo a enfermos. Foto: AFP
Francisco llegó al Santuario de la Virgen de Caacupé, en el este de Asunción, en el papamóvil. Estuvo unos momentos en la capilla y bendijo a enfermos. Foto: AFP
12 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción y Agencias

La mayoría de católicos que llegó a ver al Papa en Ecuador o Bolivia guarda un rasgo en común: juntan sus manos en señal de oración y quizás de agradecimiento por ver al Vicario de Cristo en la tierra.

Una escena similar se repitió en Paraguay, hasta donde Francisco llegó la tarde del viernes luego de una maratónica visita de 2 días a Bolivia, donde había pronunciado uno de sus discursos más políticos y sociales.

Ocurrió frente a 1.500 representantes de movimientos sociales y a quienes les pidió perdón por los crímenes cometidos a los indígenas durante el colonialismo español.

Ayer fue el turno de Paraguay, en su misa masiva en el Santuario de la Virgen de Caacupé, a 50 kilómetros de Asunción. Llegaron miles de feligreses con banderas paraguayas y, también, argentinas, chilenas y brasileñas.

“Vine a Paraguay para poder estar cerca de él, como tuve la oportunidad en Brasil”, contó Osvaldo Silvera, peregrino argentino que vendía con éxito accesorios para costearse este viaje, y cree que la buena fortuna es “gracias al papa Francisco”.

Desde el viernes al mediodía las fuerzas de seguridad permitieron acceder a la plaza que antecede la basílica, ubicada en el pueblo de Villa Serrana de Caacupé, en el este de la capital paraguaya.

Los primeros que arribaron fueron compatriotas del Sumo Pontífice, que llegaron en buses provenientes de distintas provincias de la vecina Argentina, incluso de Neuquén, en el sur, tras casi 50 horas de viaje y de varios barrios de Buenos Aires, a 1.250 km de distancia.

“Viajamos 27 horas. Somos de Avellaneda, Buenos Aires. Estar en Caacupé y estar cerca del Papa es una mezcla de emociones por la que valió la pena estar aquí”, dijo Elsa Leguizamón, de la comunidad de oración ‘Jesús Pan de Vida’.

Tras bajar del papamóvil, el Sumo Pontífice recibió las llaves de la ciudad de manos del intendente colorado de Caacupé, Roberto Franco. Luego saludó a las autoridades. Inmediatamente, se dirigió al santuario donde bendijo a enfermos y adultos mayores.

Homenaje a las mujeres

En la homilía Francisco valoró el hecho de celebrarla en el santuario dedicado a la Virgen María, a quien puso de ejemplo.

“Cómo no reconocer que este santuario es parte vital del pueblo paraguayo, de ustedes. Así lo sienten, así lo rezan, así lo cantan”, manifestó.

Alrededor de un millón de fieles se tomó la Villa Serrana de Caacupé, donde el Papa pidió a los presentes a ser “forjadores del hoy y mañana paraguayo”.

Recordó que María “creyó” y eso es un testimonio de que Dios “no defrauda, no abandona a su pueblo” a pesar de que se presenten situaciones “en las que nos parezca que Él no está”. Hizo alusión al pasaje de la Biblia en la que el ángel Gabriel se presenta a María y le anuncia su embarazo.

Homenajeó a la mujer paraguaya, comparándola con María. “Y quisiera referirme de modo especial a ustedes, mujeres y madres paraguayas, que con gran valor y abnegación han sabido levantar un país derrotado, hundido, sumergido por la guerra inicua. Ustedes tienen la memoria, ustedes tienen la genética de aquellas que reconstruyeron la vida, la fe, la dignidad de su pueblo, junto a María”, dijo en medio de aplausos de los católicos. La misa se desarrolló en castellano y en guaraní, informó el diario ABC de Paraguay.

Veneración a la Virgen

Jorge Bergoglio como arzobispo de Buenos Aires llevó hace 18 años la Virgen de Caacupé a la parroquia de la Villa 21, que lleva el nombre de la milagrosa paraguaya en uno de los barrios más pobres de la capital argentina.

Incluso le dedicó elogios a la Virgen en 2010 en una de las tradicionales visitas de la imagen mariana guaraní a Buenos Aires para recorrer las villas de inmigrantes.

“¿Ustedes saben que en toda América la mujer paraguaya es la mujer más gloriosa?, no porque haya estudiado más que otra; porque esa mujer, la mujer del Paraguay, supo asumir un país derrotado por la injusticia y los intereses internacionales, y ante esa derrota (la mujer) llevó adelante la patria, la lengua y la fe”.

Se refería a la guerra que entre 1864 y 1870 enfrentó Paraguay con la Triple Alianza, integrada por Argentina, Brasil y Uruguay, que diezmó a su población.

Debido a esto Francisco siente especial devoción por la Virgen de Caacupé y ayer consagró a todo Paraguay frente a ella.

Los rituales para la patrona de los paraguayos se remontan al siglo XVIII cuando empezó a ser venerada por un indio guaraní que prometió tallarla a partir del tronco de un árbol que lo cobijó cuando era perseguido por tribus rivales.

En la tarde Francisco continuó sus actividades en el polideportivo del León Condou, en Asunción, con los representantes de la sociedad civil. (I)

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