500 estudiantes escribieron en el club de periodismo
Dos vertientes han presidido la vida de Fausto Segovia Baus: la educación y la comunicación. Él está ahora vinculado a EL TELÉGRAFO, desde mayo de 2018, donde ejerce la función de instructor en géneros periodísticos dirigidos a estudiantes de bachillerato, miembros de 46 clubes de periodistas y edita sendas páginas escritas por ellos que se publican en este medio.
La página de educación, dirigida a los profesores, se publica los sábados. “La educación y la comunicación constituyen el matrimonio perfecto”, dice Segovia, quien fue profesor de primaria, secundaria, universidad y ahora de postgrado, en la Universidad Andina Simón Bolívar, en Quito.
“Educar -expresa- es mucho más que una noble profesión. Significa una escuela de vida dedicada a investigar, estudiar, enseñar, aprender y en ocasiones desaprender”.
Fausto Segovia Baus –riobambeño de nacimiento- aprendió sus primeras letras con los Hermanos de La Salle y luego en los colegios jesuitas “San Felipe Neri”, de Riobamba y “San Luis Gonzaga”, de Quito. Sus estudios universitarios los realizó en la Universidad Central del Ecuador y los de posgrado en la Pontificia Universidad Católica de Quito.
Confiesa Segovia que “fue de los medios a la academia y no a la inversa”. Sus pasos iniciales por el periodismo fueron en el vespertino Últimas Noticias y más tarde consolidó su trabajo como editor-fundador de la revista dominical Familia y revista Educ@cción, por más de treinta años en el Diario El Comercio.
Ha escrito más de 20 libros y mantiene numerosas columnas periodísticas, literarias y científicas. Se autodenomina un “apasionado de la educación”. Fue viceministro de Educación y luego ministro de Educación, Cultura y Deportes, en el gobierno de Sixto Durán-Ballén.
La gestión
“El periodismo educativo es una oportunidad para emprender y mejorar nuestro país”, expresa nuestro entrevistado. “La razón estriba en que el periodismo es más que una profesión, es una vocación de servicio a la gente. El buen periodismo cultiva valores –la verdad, la libertad y la responsabilidad- asociados a un objetivo básico: la democracia”, argumenta Segovia.
Ubicado en el mismo nivel e importancia que el periodismo económico, político y social, el periodismo educativo jerarquiza un derecho humano fundamental –el derecho a la educación de calidad con equidad- y tiene como propósito central el servicio al ser humano y su formación, mejorar su calidad de vida y su desarrollo sostenible.
La iniciativa
En este contexto surge el periodismo estudiantil en EL TELÉGRAFO -impreso, audiovisual y digital- como una actividad extraescolar que ofrece oportunidades prácticas a los jóvenes para ejercer esta modalidad de formación, que combina los valores humanos y sociales con técnicas asociadas a la ciencia de la Comunicación, a través de los géneros periodísticos: la noticia, la entrevista, la opinión, el reportaje, la semblanza y el informe, entre otros.
Fausto Segovia Baus en el ámbito editorial y Marcos Vaca en el digital, son los instructores de este proceso educativo-formativo que significa una transformación real de un modelo de aprendizaje lineal y tradicional, a otro alternativo, audiovisual y sistémico que visualiza las audiencias, los temas-problemas, la escritura de guiones y producción, bajo estándares de calidad.
Así, los jóvenes de 46 planteles –en los numerosos talleres ejecutados- han reconocido que el mundo es un aula. Que el mundo –su comunidad educativa y vecindario- es un espacio privilegiado para aprender y desaprender; un escenario para descubrir la verdad y la realidad por sí mismos y en las redes sociales encontrar la belleza y la fealdad; el amor y el desamor; la profundidad y la superficialidad; lo sagrado y lo profano; lo divertido y lo pervertido; la devoción y la adicción.
“El periodismo estudiantil es entonces una escuela de vida porque forma ciudadanía e inserta a los jóvenes en un medio público que fomenta la participación de los ciudadanos”, reafirma Segovia.
Perspectivas
“2018 ha dejado aprendizajes” –señala Fausto Segovia Baus-. Lo mejor, por el momento, es la asociación de la empresa Medios Públicos con el Ministerio de Educación, que es el socio estratégico del proyecto “Plan Lector”.
Hasta diciembre de 2018 han trabajado 46 planteles, más de 500 estudiantes y 100 profesores integrados a un proceso de periodismo educativo militante, que ofrece posibilidades para desarrollar productos impresos y digitales.
El apoyo de Fernando Larenas, director; Martha Moncayo, gerenta; y Carla Maldonado, subdirectora editorial encargada, ha sido invaluable.
A ellos se suman Carlos Vivas y Félix Bedoya, ejecutivos de Distribución, así como el equipo de diseñadores gráficos y fotógrafos quienes contribuyen a consolidar este proyecto. Y Marcos Vaca, especialista en periodismo digital.
Segovia afirma que las perspectivas para 2019 son ampliar la cobertura de colegios y escuelas; crear guías y manuales de periodismo estudiantil; generar una red de planteles asociados al Diario, con una membresía efectiva de estudiantes y profesores; organizar dos encuentros al año: uno con profesores y otro con estudiantes; y fortalecer el proyecto digital, que ha comenzado a caminar bajo la dirección de Marcos Vaca.
“El cambio es un proceso planeado y sistémico. El paso dado por El Telégrafo con los Clubes de Periodismo del Ecuador es importante. Y la siembra dará pronto resultados: ciudadanos bien formados, con experiencias asertivas y comprometidos con una comunicación responsable”, finaliza Segovia Baus. (O)