Entre la moda, la ciencia y la religión
Exámenes psicológicos a mujeres solas y a parejas son indispensables a la hora de concretar una inseminación con esperma adquirido en un banco de semen.
Es una práctica similar a una adopción, las personas deben estar seguras de la acción y de que quieren traer a alguien al mundo.
En Ecuador se calcula que menos del 3% de la población femenina puede acceder a la inseminación artificial con esperma que no es la de su pareja; las mujeres que realizan estos procedimientos son en su mayoría económicamente independientes, laboralmente estables y cuentan con el deseo de realizarse como madres. El grupo va de los 28 hasta los 40 años.
La tendencia es creciente en países desarrollados como Estados Unidos y los de Europa; sin embargo, en Ecuador se conoce de su existencia en ciudades como Quito y Guayaquil, considerándose que el sector privado de la salud es el que brinda el servicio. Según los parámetros psicológicos y condiciones sociales se dará prioridad a las parejas.
Es también responsabilidad de los Bancos de Semen analizar qué pasaría con los niños si no son aceptados, si no se desarrollan con normalidad en los hogares, tomando en cuenta que ellos jamás conocerán a su verdadero padre y será difícil, según la edad, explicar el proceso científico del cual provienen.
Cabe mencionar que según la normativa internacional la donación es voluntaria; no un negocio.