En el mundo existen 1.026 escuelas con el método Waldorf, 2.000 son jardines de infancia y 646 son centros de educación especial en 60 países. Tres de estos centros se hallan en Quito. “Aquí no se dan clases de Matemáticas a una hora y a la siguiente Lengua, sino que durante tres semanas o un mes se aborda una misma asignatura y se la complementa con actividades prácticas, pero se cumple con el pénsum establecido por el Ministerio de Educación”, explicó Moisés Arcos, director de Nina Pacha, una de las escuelas Waldorf, ubicada en el Valle de los Chillos.

Con siete años de funcionamiento, la escuela sigue un método que prepondera el juego libre, la creatividad, el contacto con la naturaleza y el trabajo con las artes para que los niños puedan expresar sus emociones y aprender nuevas cosas.

Al igual que en Nina Pacha, el centro educativo El Puente no solicita a los estudiantes cuadernos tradicionales con espirales, de líneas o de cuadros. Más bien usan una especie de agendas en blanco en la que los niños plasman con dibujos lo aprendido en el aula; y en los grados superiores se añaden breves textos que complementan la clase recibida. Según los docentes, en El Puente se utiliza de forma consciente cada una de las hojas de los cuadernos: “Está prohibido arrancar”.

No suelen utilizar libros, salvo los de mitología griega o nórdica como apoyo a la enseñanza del lenguaje. El método Waldorf tiene raíces alemanas y es impartido en Finlandia. “Como parte del pénsum deben elaborar versos y en esos libros encuentran algunos detalles que enfatizan ese aspecto”, indicó Mónica Espinoza, directora de El Puente.

Actividades al aire libre

Como parte de la enseñanza práctica, los alumnos Waldorf suelen cultivar pequeños huertos en los jardines de las instituciones. “En la mayoría de casos los pequeños solo han visto los alimentos en sus platos. Cuando ven todo el proceso de formación se asombran y valoran esos productos. Algunos de estos sirven para su propia alimentación diaria”, añadió Espinoza.

Si algo diferencia a este método de enseñanza es que no existe la asignatura de computación, porque quita destrezas al ser humano. “Los niños pierden la capacidad de comunicarse cuando se usan estos dispositivos a temprana edad”, explicó la educadora de El Puente.

Las clases presentan un número reducido de estudiantes -máximo 12 por grado-, lo que permite una enseñanza personalizada. “Podemos saber las falencias y virtudes de cada uno de ellos y así potenciar sus capacidades en todo sentido”, expresó la profesora Heidy Naranjo.

Esta pedagogía prioriza el acompañamiento de los docentes en todo el proceso escolar. Un maestro inicia con un grupo de primero de básico y sigue con ellos hasta el séptimo año. “Esta metodología ayuda al profesor a prepararse más porque debe abordar nuevos temas y al alumno a tener cada vez más confianza con el maestro, lo que facilita un conocimiento amplio, incluso del mundo familiar”, agregó Naranjo.

De acuerdo con la maestra Naranjo, los niños deben tener tiempo libre para disfrutar de su infancia y jugar, “por eso los deberes son sencillos, para que no les tome más de una hora elaborarlos”.

¿Qué dicen los padres sobre la libertad y creatividad que fomenta el método? “Mi hijo aprendió muchas cosas sin necesidad de tantas tareas. Con las clases que tenía era suficiente y desarrolló otras aptitudes, como la música”, comentó Cecilia Vallejo, madre de familia.

¿Y los niños? Una de las alumnas, Laura Noboa, dijo que en su escuela ha aprendido a ser solidaria y valorar lo que tiene: “Si alguien se cae, todos le ayudamos a levantarse”.

Existe un requisito que deben cumplir tanto padres como hijos si desean estudiar bajo el método Waldorf: los progenitores deben involucrarse varias horas a la semana en la enseñanza. Además, es común que los niños se diviertan con los juguetes (elaborados con materiales naturales) hechos por los padres.

Datos

La pedagogía Waldorf fue creada por el filósofo suizo Rudolf Steiner. La primera escuela se fundó en Alemania, en 1919, y era para hijos de los trabajadores de la fábrica de cigarrillos Waldorf Astoria.

En este método, cuando se enseña a pintar, no debe quedar ningún espacio en blanco en la hoja. En las clases no usan el color negro en los primeros años porque resta esplendor y opaca a los infantes.

Por el contrario, los pizarrones son negros para resaltar los colores y en ellos siempre hay un dibujo acorde a una festividad.