“Los terremotos no matan gente, los edificios mal construidos son los que matan gente”, asegura Hugo Yepes, investigador del Instituto Geofísico. El experto, con otros profesionales de 14 universidades del país, participó en la elaboración de propuestas para el diseño de proyectos sustentables en beneficio de los damnificados de las provincias de Manabí y Esmeraldas.

El encuentro, que organizó el Directorio Ejecutivo de la Asamblea del Sistema de Educación Superior del Ecuador (Asesec), tuvo 5 mesas de trabajo en las que se discutieron varias propuestas para la resolución final.

Yepes intervino en la ponencia de Análisis y Evaluación de Estructuras, pero previo a ello durante su exposición manifestó que en el país: “hemos estado construyendo igual que en  1942”. Además comparó imágenes de edificaciones que sufrieron daños en el terremoto en el Litoral de esa época con el actual.

Explicó que los efectos del terremoto son parecidos al del 13 de mayo de 1942, 74 años después aparentemente el fallo de las estructuras es similar, es decir, losas, edificios altos, que se cayeron o colapsaron totalmente. La razón: construcciones poco resistentes a sismos.

¿Qué pasó entonces con las normas de construcción? Según Pablo Vanegas, rector de la Universidad de Cuenca, no se han respetado las normas. “Todo pasa por el control, muchas veces el diseño está bien realizado, pero en el momento de la construcción por abaratar costos no se respetan esos diseños. Ahí también viene la participación de los municipios para que esos diseños que en muchos casos son bien hechos sean respetados”.

Precisamente,  este punto fue abordado en la mesa de Análisis de Riesgo Sísmico. El ingeniero Pedro Rojas, de la Escuela Superior del Litoral, planteó que se reactive el comité de la norma ecuatoriana de la construcción  que desapareció una vez que la norma, a través de un decreto ejecutivo, se puso en vigencia.  “De ahí podemos establecer varios comités para trabajar. Si no hay una comisión con la que podamos dialogar no podemos canalizar, por muy buenas que sean las ideas”.

Con esto estuvo de acuerdo Walter Mera, vicerrector de Investigación y Posgrado de la Universidad Católica de Guayaquil, quien considera que en 2 cosas importantes se debe trabajar. La primera, es la revisión de la norma NEC y en segundo lugar, no plantear un mecanismo apropiado para la revisión y aplicación de la norma NEC. “Se ha propuesto que sean los municipios, pero estos no tienen la infraestructura para hacerlo”.

Expropiación de tierras

Para el rector de la Universidad de Cuenca, hay que tomar medidas urgentes. Antes de que cualquier institución empiece a planificar sería bueno expropiar todos los terrenos afectados. “Sería penoso que en los actuales momentos debido al susto las personas empiecen a vender sus terrenos”, indicó.

Explicó que la expropiación implica que el Gobierno tome el control sobre la venta de las tierras, porque las tierras actuales pueden ser adquiridas por personas que tienen dinero lo que generaría perjuicios a quienes habitan en esas zonas. También analizó que a la larga se dé la  oportunidad al uso de materiales sostenibles. “Cada una de las zonas tiene sus propios materiales que tiene mejor resistencia, como el bambú. Es una forma de aportar e investigar sobre materiales alternativos y nuevas formas de arquitectura sostenible”. Agregó que es necesario crear un sistema de predicción de sismos y alertas tempranas.

Situación de albergues

Gustavo Ramírez, decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Católica de Guayaquil e integrante  de la mesa de Salubridad e Higiene Pública, aseguró que tras el terremoto se vive un segundo momento relacionado con la salud y los riesgos de insalubridad, saneamiento ambiental. Además hay problemas que ya existen y que se pueden incrementar a nivel epidémico, como  el dengue, zika. “Los cadáveres no son los mayores contaminantes, sino los vectores. En este momento lo que importa son los que están”, indicó. (I)

DATOS

Las 5 mesas de trabajo, distribuidas en los 4 pisos del rectorado de la Espol, fueron Alimentación y Nutrición, Análisis y Evaluación de Estructuras, Reconstrucción Urbana y Planificación Futura y Análisis del Riesgo Sísmico. En esta última participaron 14 docentes, entre ellos una mujer.

En la mesa de Salubridad e Higiene Pública se sugirieron estadísticas de las condiciones de la población para armar una planificación.

Filosofía de construcción sismorresistente establece que los edificios tienen daños progresivos en función de la intensidad del terremoto, pero no se colapsan aunque sí se dañan. La progresión de daños busca preservar las vidas y que cualquier persona que esté en un edificio pueda salir caminando y no que le caigan las losas, según Hugo Yepes.