En el colegio de Noemí, 20 jóvenes pidieron permiso para viajar (Infografía)

Henry Q. cursa el segundo año de bachillerato y el último martes su abuela solicitó al colegio un permiso para ausentarse mientras dure su viaje hacia los Estados Unidos, donde lo esperarán sus padres.   

El oficio no define plazos, pero con este suman 20 los alumnos que este año lectivo  notificaron su viaje al colegio El Tambo, el mismo en el que estudió Jhóselin Noemí Álvarez, la niña que el 11 de marzo de 2014 se quitó la vida en un albergue, paradójicamente, llamado ‘La Esperanza’, en la frontera de México.

Su caso conmocionó al cantón  El Tambo, de dondepartió el 6 de febrero del año pasado con rumbo a Nueva York para reencontrarse con sus padres. Un mes después, el ‘coyotero’ con el que debía llegar a suelo estadounidense fue detenido en Ciudad Juárez y a ella la trasladaron a una de las casas de acogida para migrantes ilegales.

Como ella, decenas de adolescentes se arriesgan cada año por cumplir el ‘sueño americano’ y la mayoría son deportados en el trayecto. Actualmente la Fiscalía de Cañar investiga varios casos que involucran a niños de 12 a 15 años.

“Una de las aspiraciones de los estudiantes es viajar a los Estados Unidos y por eso a veces no les prestan mayor importancia a los estudios”, comentó el rector del colegio, Milton Correa.

Y eso ocurrió con Noemí. En mayo de 2013, cuando cursaba el 7° año de Básica, viajó en su primer intento por llegar a Estados Unidos y no rindió los exámenes finales. Luego de ser deportada y de vuelta en El Tambo, la niña quiso continuar el 8° año, pero por la falta de notas que avalaran que concluyóla escuela tuvo que retirarse tras el primer mes de clases, contó la psicóloga del colegio, Nube Cogllo.

Para el rector del establecimiento la situación es difícil, pues aclara que no puede negar el permiso a los estudiantes para reunirse con sus padres y si el viaje fracasa los acoge de nuevo.

“El sueño americano está en la cabeza de los jóvenes. Los profesores tratamos de hacerles desistir, les explicamos que en el país hay los recursos necesarios, pero lamentablemente por sus condiciones socioeconómicas tienen el objetivo de viajar, más aún si cuentan con parientes allá”, reitera Correa.

Tras un año de la muerte de Noemí,  los alumnos del plantel prefieren no referirse al caso. Algunos han ido de vacaciones a Estados Unidos y les cuentan a sus compañeros todo lo que conocieron. Johanna M. (16 años) viajó en diciembre pasado junto a su madre y hermana de 5 años. En Nueva York los recibió su hermana mayor y un tío, quienes se radicaron allá hace más de un año. “Fue una experiencia muy bonita, conocí muchos sitios, pero no era mi intención quedarme más de un mes porque sé que puedo perder mis papeles. Mi tío ya es legal y sí me gustaría volver, pero solo de vacaciones”, sostiene la joven.

En las mismas condiciones viajará próximamente Saúl Ch. (16 años) junto a sus padres y una hermana. Un primo, radicado allá hace 15 años los recibirá. “Iré de vacaciones, pero si me gusta podría quedarme”, comenta.

Los dos adolescentes admiten conocer a chicos que viajaron ilegalmente y  llegaron con éxito a Estados Unidos, pero desconocen cómo lo hicieron. Ahora se comunican con ellos a través de las redes sociales. Al consultárseles si conocen los riesgos de viajar ilegalmente, como ocurrió con Noemí, sostienen que apenas conocieron del caso y no se interesaron por saber los detalles.

Los medios internacionales siguen el caso de Noemí

La localidad El Rosario, en donde vivió Noemí con sus abuelos, se llenó de periodistas ecuatorianos y de otras nacionalidades tras la noticia de su muerte en México. Eso provocó -sostiene Correa- que los comuneros fueran más restringidos con los visitantes.

Desde el plantel, donde la pequeña empezó a cursar el 8° año de Básica, incluso se intentó apoyar a la comunidad, pero hubo resistencia. “Una joven tuvo la oportunidad de acceder a una beca universitaria y fuimos a buscarla para reforzar sus conocimientos para el examen. La comunidad no quiso darnos información sobre ella y algunos actuaron de forma agresiva. Nos obligaron a salir del sitio”, recuerda  la psicóloga del colegio.

Mientras tanto, ayer los medios mexicanos publicaron los resultados de las pericias realizadas por la Procuraduría de ese país y que confirmaron el suicidio de Noemí. Además determinó que la menor de 12 años fue abusada sexualmente.

Su caso permitió desbaratar una red compuesta por 42 personas –14 de ellas bajo arresto en México–, quienes enfrentan cargos por delincuencia organizada, tráfico de indocumentados, tráfico de menores, abuso sexual, privación ilegal de la libertad y violación agravada, recogió El Diario de México.

El periódico La Razón destacó que tras presentar los resultados de 711 diligencias ministeriales, el procurador Jesús Murillo Karam dejó en claro que la sentencia por 12 años de cárcel a dos personas ayudó a desarticular una red internacional de tráfico de personas que operaba en cinco países.

“A la sentencia conseguida por la Fiscalía en Ecuador por el traslado ilegal de la menor de edad, desde Cañar (Ecuador) hasta México, se suma la consignación en contra de 42 probables responsables vinculados con traficantes de migrantes y por los delitos de delincuencia organizada”, recogió el medio, en base a la información difundida desde Quito por la fiscal mexicana Mónica Castillejos.

El portal digital Netnoticias también publicó: “Según las investigaciones realizadas por el equipo mexicano, otros factores que desencadenaron en la conducta suicida de Noemí fueron el haber estado acompañada de diferentes traficantes durante el paso migratorio, el presenciar la detención del traficante por parte de las autoridades estatales, quienes no le prestaron los cuidados y protección psicológica infantil necesarios en el momento de las diligencias iniciales”.