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Ecuador, 12 de Febrero de 2025
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El tatuaje todavía genera discriminación laboral

Aunque la técnica de tatuaje cambió, la sociedad aún tiene prejuicios con quienes se los realizan.
Aunque la técnica de tatuaje cambió, la sociedad aún tiene prejuicios con quienes se los realizan.
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El tatuaje es un arte muy antiguo que diferentes civilizaciones lo han venido practicando a lo largo de la historia. Entre ellas estaban los  “Maorís”, guerreros que se tatuaban para verse más imponentes ante sus enemigos. También lo hacían los marineros, quienes desembarcaban en los puertos mostrando sus tatuajes como símbolo de sus hazañas, amoríos y conquistas.

Pese a que el tatuaje ha cambiado y ahora resulta más estético, aún se lo relaciona con personas que en su momento se encontraban presas. De ahí que la discriminación se sigue dando. Algunas personas que lucen tatuajes aseguran que perciben cierto desprecio por parte de sus amistades. Pero el mayor problema radica cuando se busca trabajo.

“La ignorancia es la raíz del rechazo”, dice Carlos Luis Salcedo, quien tiene 5 años tatuado.

En países como México y España es penada por la ley la discriminación a las personas por su aspecto físico. Limitar las oportunidades laborales podría generar una pena de 3 años de cárcel.

Desde hace muchos años el tatuaje está vinculado con gente de mal vivir. En los centros de rehabilitación los internos lo hacían por ocio y los grupos de adolescentes para identificarse. “Ahora es considerado moda por tener una mejor estética, explica el sociólogo José Ordóñez.

En el campo laboral

Natalia Rivera fue despedida de su trabajo como maestra parvularia.

Su jefe le explicó que los padres de los niños a quienes daba clases no estaban contentos por su aspecto. Que era un mal ejemplo para los niños. “Les expliqué que esto no implicaba que yo hiciera mi trabajo mal, siempre atendí a los niños muy bien y era una de sus mejores empleadas. Ocultaba mis brazos donde poseo varios tatuajes. Me dijo que si hubiera conocido aquello no me  contrataba”.

Para Pamela Sánchez, jefa en selección de Relaciones Humanas de Corporación El Rosado, no existe ningún problema en contratar a alguien con un tatuaje.

“El dilema inicia si está en un área donde tiene contacto con los clientes y estos expresan su malestar, ya que el tatuaje se puede prestar para malas interpretaciones.

Pero igual  hemos contratado a muchas personas con tatuajes y todas han demostrado gran potencial como empleados ya que el tatuaje nunca influyó en sus desempeños”. (I)

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