Publicidad

Ecuador, 05 de Febrero de 2025
Ecuador Continental: 12:34
Ecuador Insular: 11:34
El Telégrafo

Publicidad

Comparte

Punto de vista

El rescate de la rana cohete

-

Hace pocos días y por una extraña casualidad mi pequeño hijo Ignacio escogió como compañero de sueño a un pequeño peluche verde de largas patas y de sonrisa amable. Durante siglos los niños han buscado en esas compañías protección; y empezaba diciendo que me pareció una extraña casualidad porque esa noche tenía como objetivo escribir este artículo para contarles lo que las ranas hacen por el planeta.

Estos pequeños seres que pueblan la Tierra hace 350 millones de años son determinantes en la estabilidad de la cadena trófica. Es decir, son parte indispensable en el proceso de transferencia de energía alimenticia a través de una serie de organismos, en el que cada uno se alimenta del precedente y es alimento del siguiente. Si las ranas desaparecieran, todo el sistema se alteraría.

Pero la naturaleza es implacable y la reciente actividad del volcán Cotopaxi trajo consigo una grave alerta: la posible desaparición de la única población sobreviviente de ranas cohete, las ranas símbolo de Quito, que serían arrasadas por lahares en caso de la explosión del coloso.

Era una situación única en la historia de la conservación de la biodiversidad de Ecuador, por primera vez se conoce la posibilidad de la extinción de una especie de animal como producto de una catástrofe natural, tal como nos alertó Santiago Ron, curador de anfibios del Museo de Zoología de la Universidad Católica, un apasionado científico que ha dedicado su vida al estudio de esta especie.

El reto era tomar acciones inmediatas que nos permitieran salvar esta especie, darle otra oportunidad de vida y que las orillas del río Pita, que han sido su fuente de vida, no se conviertan también en la de su muerte. La única opción era rescatarlas y ponerlas a buen recaudo para que sobreviva su especie.

El mejor lugar para hacerlo era la Balsa de los Sapos, un laboratorio con altos estándares de calidad en donde hay ranas en cautiverio para estudiarlas, para reproducirlas y cuidarlas con detalles como salas especializadas con microclimas adecuados, con lluvia permanente y alimento seguro para que se sientan como en casa.

Biólogos de la Universidad Católica, con personal del Ministerio del Ambiente, emprendieron la aventura de localizar a las pequeñitas ranas cohete en medio de un verano intenso que no garantizaba poder hallarlas.

Armados y equipados de esperanza recorrieron el tramo del río Pita donde fueron vistas por últimas vez. A la media hora de búsqueda un grito de alegría indescriptible daba cuenta de que hallamos una ranita juvenil y un renacuajo. La jornada había sido un éxito. Con ellas renace la esperanza de no perder una de las especies más amenazadas del mundo.

Estas iniciativas son las que nos hacen creer en la humanidad. Todos podemos ser parte de este Ecuador Verde que debemos cuidar y proteger, no solo para nosotros, sino para todo el planeta. Gracias a Santiago, a su extraordinario equipo y al personal del MAE, porque cada uno de ellos nos ayudó a cambiar la historia. (O)

Contenido externo patrocinado

Ecuador TV

En vivo

Pública FM

Noticias relacionadas

Social media