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Su madre dejó su negocio y único sustento económico en Tabacundo para radicarse en Quito

El reimplante de cuero cabelludo que recibió Laura aún no se regenera

Genoveva Ortega (segunda derecha) acude al hospital a diario. Familiares y amigos la acompañan. Foto: Miguel Jiménez/ El Telégrafo
Genoveva Ortega (segunda derecha) acude al hospital a diario. Familiares y amigos la acompañan. Foto: Miguel Jiménez/ El Telégrafo
19 de junio de 2015 - 00:00 - Redacción Sociedad / Quito

Veintiún días lleva hospitalizada Laura M., estudiante del colegio Nacional Tabacundo, quien el 30 de mayo sufrió un accidente mientras desarrollaba prácticas extraescolares en el Cuerpo de Bomberos de la localidad.

Ella resultó herida cuando intentaba pasar debajo de una motobomba y su cabello se enredó en una varilla del vehículo.

El accidente le significó un desgarro del cuero cabelludo, que hasta el momento no logra regenerarse.

La joven de 17 años fue sometida a 4 operaciones y el cirujano plástico que lleva su caso en el hospital público Eugenio Espejo de Quito le manifestó a su madre que guarda la esperanza de que efectivamente se regenere ese tejido que fue reimplantado.

“El doctor Rodríguez (el médico cirujano que la atiende) me dijo que está esperando que se regenere el cuero cabelludo, pero hasta el momento no se ha dado esa situación y mientras tanto hay que esperar. De la regeneración depende que se realice o no otra operación”, comentó doña Genoveva Ortega, quien a la vez contó que su hija recibe curaciones constantes para evitar que se presente una infección.

“Hay momentos en que veo a mi hija muy animada y otros en que la siento quebrantada, que pierde las ilusiones de seguir luchando. Es duro lo que estamos viviendo, pero esperemos que pronto las cosas mejoren”, indicó Genoveva.

La madre de la menor, al igual que su hija, modificó por completo la rutina diaria. Abandonó y cerró su restaurante en el cantón Pedro Moncayo, que era el único sustento económico. Ahora se radica en Quito para atender a Laura.

Debió recurrir a una amiga para conseguir hospedaje en la capital y así estar todos los días pendiente de la evolución de su hija, que también abandonó los estudios de segundo de bachillerato.

“Ella no hace ninguna tarea escolar porque no puede, pero sabemos que debe rendir unos exámenes para concluir con éxito el año lectivo”, acotó Genoveva.

Laura permanece con la cabeza vendada y sin poder movilizarse dentro de la habitación hospitalaria, ya que está conectada a sueros. También recibe alimentación sólida que la ingiere con sus propias manos, pues afortunadamente el vendaje que cubría sus ojos y parte de su rostro ya fueron retirados.

Factores que inciden en una cirugía de reimplante

El éxito de una cirugía de reimplante de un segmento o de la totalidad de un órgano amputado, como en este caso es el cuero cabelludo, depende de 3 aspectos: las condiciones de salud del paciente, la prontitud y manejo adecuado del órgano amputado con el que el paciente llega al centro médico y las condiciones del órgano afectado.

“Si el órgano amputado o parte de este presenta signos de desgarro hay muy pocas posibilidades de que la cirugía sea exitosa”, manifiesta el cirujano plástico Marcelo Gómez-Barreto.

La cirugía en estos casos demora entre 6 y 8 horas e interviene un equipo multidisciplinario de galenos. Una vez finalizada la operación, el cirujano chequea la evolución de la misma en los días posteriores.

“A veces el reimplante puede presentar signos de necrosis (tejido muerto) con el pasar de los días por lo que el especialista hará curaciones en los días subsecuentes para monitorizar la vitalidad del órgano reimplantado y esperará un tiempo prudencial para determinar si tuvo éxito o no la operación”, añadió Gómez Barreto.

En caso de que no se logre reimplantar finalmente el órgano, y para evitar una complicación mayor que podría ser una infección que ponga en riesgo la vida del paciente, la única opción, según el especialista, es reconstruir el área afectada con un colgajo microvascularizado que incluye piel y tejido graso acompañado de un pedículo vascular (arteria y vena) en forma y tamaño similar al que se perdió.

“Este colgajo es un tejido del propio paciente y se puede extraer del abdomen, cara lateral de la pierna o cara posterior de la espalda y se lo conecta a través de las arterias que están cerca de la cara, aunque no es de las mismas características, pero lo que se busca es cubrir el área afectada y así salvar la vida de la paciente”, sostiene. (I)

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