El primero en ‘descubrir’ el vestigio fue un estudiante de la estatal de arizona en 2013
El nuevo fósil de Etiopía, un puente para entender la evolución humana (Infografía)
Hace 2 años Chalachew Seyoum estaba buscando fósiles en la zona de Etiopía llamada Ledi-Geraru. Él es un estudiante a punto de graduarse de la Universidad de Arizona en Estados Unidos, “tenía mucha energía y ojos frescos”, le cuenta a la revista Science Mag en EE.UU. “Cuando estaba viendo sobre una colina pude ver una pequeña pieza saliendo de la tierra”.
Cuando ya pudo despejar la tierra, el estudiante se dio cuenta de que había descubierto nada menos que un nuevo fósil. Llamó al líder de la expedición y desde entonces comenzaron los análisis arqueológicos. Era 2013 y tras varios meses y horas de investigaciones se determinó que la mandíbula encontrada era de la familia Homo, a la que según los científicos en el mundo pertenecemos todos los humanos.
La mandíbula parcial con 5 de sus dientes intactos, desenterrada en Etiopía, combina rasgos del Australopithecus con otros modernos homos, lo que hace pensar que ‘nació’ hace 2,8 millones de años.
Para encontrar la ‘edad’ del fósil, los geólogos usaron una variedad de métodos que incluyen análisis a las capas de ceniza volcánica en la roca que fue descubierto, hasta la medición del campo. De esta forma determinaron que la erupción que originó la muestra se produjo hace 2,8 a 2,75 millones de años. También se usó una tomografía computarizada para ensamblar las piezas de la mandíbula y crear una imagen digital y en 3D del fósil.
Los análisis estuvieron dirigidos por Brian Villmoare, de la Universidad de Nevada Las Vegas y William H. Kimbel, director del Instituto de Orígenes Humanos de la Estatal de Arizona. En 2 artículos publicados el 4 de marzo en la revista Science, el equipo de Arizona presentó a la sociedad científica al nuevo integrante de la familia Homo. Lo han llamado LD 350-1.
La mandíbula sería una ventana en el tiempo o más bien un puente entre los homo y los primeros ancestros del ser humano, aquella pieza que falta entre el Homo Sapiens y el Australophitecus. Una pieza que habrían creído encontrar con Lucy, el fósil desenterrado en 1974.
Investigadores han acordado que el pequeño cerebro de los homínidos y el de los Australophitecus forensis evolucionó en el género Homo hace unos 3 a 2,5 millones de años. En los libros de evolución, la historia del hombre se acababa hace unos 2,3 millones de años. De esa época son los fósiles del Homo habilis (el homínido que fabricaba herramientas de piedra). Entre ellos estaban los últimos australopitecos como Lucy, encontrada en Hadar. Es decir el LD 350-1 y Lucy serían primos, y habrían vivido a unos 30 kilómetros de distancia.
¿Por qué es importante?
El nuevo hallazgo puede ayudar a resolver el rompecabezas que atormenta a los científicos: ¿Por qué existen tantas especies de los homínidos de África del este con edades desde los 2 hasta los 3 millones de años? Para tratar de entender el inicio de la evolución, el equipo de Arizona analizó los huesos de las especies encontradas en ese lapso del tiempo. Según el reporte, al menos un tercio de los fósiles encontrados en Ledi-Geraru son nuevas especies, nunca vistas antes en los sedimentos de poblaciones cercanas a Hadar (Etiopía).
Hace 3 millones de años Hadar fue hogar de monos, jirafas y elefantes. Mientras que Ledi-Geraru albergó a otra fauna, justamente unos 200 mil años después. El cambio climático sería el autor de esta aparición de nuevas especies, incluyendo el nuevo miembro de la familia Homo: el llamado por el momento LD 350-1. “Lo que encontramos fue una fotografía abierta al hábitat de ese tiempo”, dice el paleontólogo, Peter deMenoscal, en una entrevista a ScienceMag.
Otro de los investigadores, que participó del análisis del LD 350-1, es William H. Kimbel, director del Instituto de Orígenes Humanos de la Estatal de Arizona. El científico destacó que el nuevo fósil ayuda a reducir la brecha evolutiva entre el Australopithecus y el Homo temprano. “Los fósiles del linaje Homo superiores a los 2 millones de años son muy raros, por lo que poder echar un vistazo a la fase más temprana de la evolución de nuestro linaje es particularmente emocionante”, añadió Kimbel.
Sobre si el cambio climático sería el responsable del origen de los primeros humanos, los investigadores indican que es demasiado pronto para asegurar tal hipótesis. Seguirán investigando en la zona para encontrar fósiles más grandes que permitan entender cómo y cuándo empezó todo.