El no poder ver a sus hijas lo motivó a trabajar con fuerza
“Mi problema legal nace cuando me impiden ver a mis hijas”, relata Marcel Ramírez, guayaquileño de 45 años. La impotencia por no compartir con sus pequeñas lo motivó a crear en mayo de 2005 la Fudación Papá por Siempre.
El objetivo, conseguir que algún día sus pequeñas sepan que su padre está pendiente de ellas. “El día que me separaron de mis hijas se llevaron mi vida y la razón de mi existencia; pero lo más grave es que la sociedad ecuatoriana no cree y no confía en el amor que los padres sentimos por nuestros hijos”, expresa el ahora empresario.
Recuerda que en noviembre de 2006 la madre de sus hijas lo acusó de falsificación de documentos al momento de inscribirlas.
“Resulta que hubo dos inscripciones. La una realizada por mí y una hecha por ella. Eso motivó que se pensara en el delito de falsificación de documentos”, relata.
Por alrededor de tres años estuvo privado de la libertad en la Penitenciaría del Litoral, desde donde hizo todo lo posible para que sus hijas conocieran de su existencia.
Su “fortaleza de padre” fue lo que lo empujó a buscar la participación de sus compañeros de celda en proyectos que iban en beneficio de su rehabilitación.
“Llamé la atención primero con el calendario y luego con la marca de ropa Prission. Quería que mis hijas, ahora de 10 y 9 años, conocieran lo que estaba haciendo su padre”.
A dos años de recuperar su libertad, Ramírez consiguió ver esporádicamente a las niñas, luego de que se expidió una boleta de captura en contra de su ex esposa. Hasta el momento la Fundación ha logrado alrededor de seis boletas de captura en contra de muje