En ee.uu. Es la primera causa de accidentes de tránsito y supera al alcohol
El móvil altera la atención de peatones y conductores
La luz roja del semáforo está por cambiar. Un grupo de personas se apresura a cruzar la calle; mientras lo hace, una de ellas baja la mirada y empieza a manipular su celular, sus dedos marcan el teclado para enviar un mensaje por WhatsApp. La luz cambia y el pito de un auto motiva que el transeúnte apresure el paso para cruzar la calle. ¿Le resulta familiar esta escena? “Nos hemos vuelto ansiosos y hambrientos de conocer al instante lo que pasa a nivel global, pero somos incapaces de percibir lo que ocurre a nuestro alrededor en un radio de 5 metros”, dice Hoover Mora, docente de semiología en la facultad de Comunicación de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UEES) de Guayaquil.
Ver a un peatón escribiendo o mirando el celular mientras camina es cada vez más frecuente, lo es también en los conductores que revisan el Instagram al manejar. Según datos de la Comisión de Tránsito del Ecuador, en lo que va de este año (hasta mayo) se contabilizan en Guayas 5.357 multas por uso de celular mientras se conduce. La contravención representa una reducción de 3 puntos en la licencia.
Incluso hoy se habla de que el uso del celular mientras se maneja es una causal más en los accidentes de tránsito, cuando hace unos años estos ocurrían por la impericia, embriaguez y exceso de velocidad.
En 2013 en las provincias de El Oro, Guayas, Los Ríos, Santa Elena y Azuay fueron citados 11.725 conductores por el mal uso del celular, lo que corresponde al 10% del total de las citaciones.
El neurólogo Carlos Navas explica que el cerebro es un órgano noble. Por ello, el hacer 2 cosas a la vez, como conducir o caminar, mientras se habla o escribe en el celular, altera el sistema nervioso, disminuyendo la atención en una de las actividades. “Para conducir un vehículo se necesita tener todos los órganos y sentidos puestos; cuando está por intermedio un distractor como el celular, la atención se reduce y en milésima de segundo puede causar su muerte o las de otros”.
En países como Estados Unidos, el uso del celular es considerado la primera causa de muerte al volante entre adolescentes, y supera por primera vez al alcohol. Más de 3.000 jóvenes mueren cada año por este motivo, indican datos de la Administración Nacional para la Seguridad Vial de los Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés).
No medir las consecuencias que puede traer el móvil es parte de un ambiente tecnológico distinto, dice la psicóloga clínica Jonce Castillo, “vivimos solo entre ansiedades por llegar a un lugar, por contestar una llamada. Cada vez es más notorio cómo muchos hacen del celular su mejor amigo”. Agrega que esto se debe a la falta de afectividad que tuvieron en casa.
Mora corrobora lo que estudios internacionales han mencionado ya: “depender de la tecnología se considera una adicción que genera una conducta obsesiva y egoísta”. El docente aclara que si bien la tecnología es una herramienta muy importante, “su uso excesivo se ha derivado en vicios patológicos”.
“DEBERÍA EXISTIR EDUCACIÓN TECNOLÓGICA”
Hace poco menos de 3 meses el accidente de una joven que se tomó un ‘selfie’ (autofoto) segundos antes de chocar; y el accidente que un joven tuvo cerca del puente de Solca de Guayaquil, que solía publicar en su Facebook imágenes de su velocímetro, se sumaron a las tragedias por el uso de celular.
Los 2 casos muestran la necesidad de educar y educarse, dice Hoover Mora. “Así como se habla de educación sexual, debería existir educación tecnológica. Puede sonar irrisorio, pero en materias como lenguaje, sociales e informática se podrían dedicar lecturas reflexivas sobre el adecuado manejo de la tecnología”.
Para Jonce Castillo aunque existen campañas como ‘Párale el carro’, ‘Mira al frente’ es preciso crear iniciativas más sancionadoras. En 1997, de 699 usuarios de celulares evaluados en accidentes, una aseguradora estadounidense mostró que la cuarta parte de los conductores hablaron por el móvil un promedio de 10 minutos. En 2005 otro estudio demostró que cuando los conductores adultos, jóvenes o adolescentes usan sus teléfonos, sus reacciones son más lentas que las de los ancianos.