El futuro del viejo hospital San Lázaro en Quito

Los jesuitas construyeron en la primera mitad del siglo XVII su Casa de Ejercicios, al pie del cerro Yavirac, hoy llamado Panecillo; a raíz de su expulsión, la edificación se convirtió, en 1785, en el Hospicio de Jesús, María y José, para albergar a mendigos, huérfanos, leprosos y locos.

Desde entonces, el hermoso edificio inicial constante de 2 plantas, pórtico de piedra labrada, anchos corredores revestidos de sillerías, arcos adornados con alfiz y sostenidos por columnas abultadas, jardín interior, capilla, refectorio, diecinueve aposentos y una huerta bien dotada, sufrió una serie de modificaciones que trastornaron el extraordinario diseño arquitectónico de la época colonial, para paulatinamente convertirle en un manicomio, que por más de dos siglos fue un paradigmático centro de atención psiquiátrica del país, con el nombre de Hospicio y Manicomio San Lázaro y más tarde, ya entrado el siglo XX, como Hospital Psiquiátrico San Lázaro.

A raíz de la Ley de manos muertas de 1908, el edificio del Hospicio San Lázaro pasó a manos de Asistencia Social, en 1972 las Juntas de Asistencia Social con todos sus bienes se incorporaron al Ministerio de Salud Pública. Nuevos modelos en la atención psiquiátrica a la par que el deterioro del viejo edificio obligaron al Ministerio de Salud Pública a traspasar la propiedad al Municipio de Quito.

Mirando hacia el futuro, este bien público debe mantener dicha condición y servir como un centro académico – cultural de alto nivel que potencie al centro histórico de la ciudad. Hay que tomar la decisión a la brevedad posible y acogiendo la palabra del presidente Rafael Correa, los edificios y terrenos del antiguo Hospital San Lázaro deben ser entregados mediante comodato a la Universidad Central del Ecuador, cuya Facultad de Arquitectura y Urbanismo está dispuesta a desarrollar un centro de postgrado y de estudios urbanos orientado a dinamizar la vida cultural del Centro Histórico de Quito, a profundizar la investigación de la dinámica citadina en toda su complejidad y a formar cuadros técnicos suficientemente comprometidos para garantizar la recuperación, restauración y funcionalidad de todos los bienes patrimoniales de la capital.

El Gobierno Nacional, el Municipio Metropolitano de Quito y la Universidad Central deben llegar a la brevedad posible a la firma de los acuerdos pertinentes para iniciar la restauración del histórico edificio.