Los animales de agua dulce llevan la peor parte. sus poblaciones se redujeron en más del 76% en los últimos 40 años
“El daño ambiental no es inevitable”
La vida silvestre en el mundo se redujo en más de la mitad en las últimas 4 décadas como consecuencia del insostenible consumo humano de recursos naturales, de acuerdo a un informe de la Sociedad Zoológica de Londres (ZSL, por sus siglas en inglés). Las poblaciones de mamíferos, aves, reptiles anfibios y peces declinaron en promedio el 52% desde 1970 hasta 2010.
El reporte ‘Planeta viviente’ de la ZSL, que utilizó información estadística de 10.380 poblaciones de 3.038 especies, mostró el grave problema que enfrenta la Tierra.
Los expertos británicos indicaron que si en 1970 había una población de 100 animales, ahora ese número se redujo a 50. Para los animales de agua dulce, la situación es incluso peor, ya que las poblaciones de esas criaturas se redujeron en más de 76% en los últimos 40 años.
Las principales amenazas a la vida silvestre fueron la pérdida o daño de sus hábitats naturales, y la explotación de recursos a través de la caza y la pesca masiva.
Según la ZSL, el cambio climático es peor en los países más pobres, donde las poblaciones de animales han declinado en promedio un 58%, entre 1970 y 2010, mientras que en las naciones más ricas, ese declive fue un 10%.
Los ejemplos de declives más serios en las poblaciones de animales incluyen los elefantes africanos de bosque, que enfrentan una pérdida de su hábitat natural y caza furtiva de sus colmillos de marfil, y que podrían extinguirse en las próximas décadas, y las tortugas marinas, cuyos números cayeron 80% desde 1970.
En el Reino Unido, las aves de la campiña se vieron perjudicadas por la degradación de su hábitat natural, en especial los trigueros y las lavanderas boyeras, aunque el milano real registró una mejoría gracias a los esfuerzos de conservación.
El reporte de la ZSL también advirtió que la actividad humana destruye rápidamente los recursos de la Tierra, principalmente por la deforestación de bosques y selvas a una gran velocidad, la pesca masiva en los mares y la emisión de demasiadas toneladas de dióxido de carbono en la atmósfera, muchas más que aquellas que la atmósfera puede absorber.
David Nussbaum, director ejecutivo del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), indicó que la escala de la destrucción revelada en el reporte “debe ser un llamado de atención para todos”.
“El próximo año, cuando los países del mundo se reúnan para acordar un nuevo pacto global sobre el cambio climático, como también establecer objetivos de desarrollo sustentables, será una oportunidad única para revertir las tendencias que estamos viendo en este reporte”, subrayó.
Por su parte, el profesor Ken Norris, director científico del ZSL, afirmó que la escala de la pérdida de biodiversidad y daños a los mismos ecosistemas que son esenciales para la existencia humana “es alarmante”.
“El daño ambiental no es inevitable y es consecuencia de la forma que elegimos vivir. Aunque nuestro reporte muestra que la situación es crítica, hay aún esperanzas”, manifestó Norris.