El control de salud es clave para un mejor rendimiento del escolar
La necesidad de una buena salud y un mejor rendimiento escolar motiva a padres de familia a realizar a sus hijos un control médico, antes del inicio de clases en la Costa.
Anemia, parasitosis, colitis infecciosa, infección de vías urinarias, inmunodeficiencia, alergias, déficit visual y auditivo, son algunas patologías que pueden revelar los diagnósticos en los escolares.
Centros médicos de Guayaquil promocionan desde hace más de un mes, una diversidad de paquetes de control escolar con variados costos que incluyen pruebas de laboratorio y consultas con especialistas.
Sin embargo, es necesario que los padres conozcan la importancia de la observación que, previamente a los análisis, determine en el consultorio el profesional.
El protocolo médico internacional establece que el primer paso es la consulta con el pediatra o el médico clínico para la revisión del paciente y, según ese resultado, pida las pruebas de laboratorio necesarias y la interconsulta con otros especialistas, señala Vladimir Vélez Pazmiño, pediatra de Medilink.
“Siempre la valoración a los pacientes nos va a dar la pauta sobre qué exámenes podríamos bosquejar, dependiendo si tiene algún tipo de alteración”.
En la observación, los pediatras pueden detectar problemas nutricionales, traumatológicos, oftalmológicos, entre otros que deben ser derivados a los respectivos especialistas. “El examen puede decir que los glóbulos rojos están excelentes, pero si en la consulta el niño está pálido no le voy a creer al papel”.
Vélez señala que las pruebas de laboratorio para los escolares deben realizarse una vez al año o cuando exista sintomatología.
En las hematológicas menciona una biometría hemática completa, hierro sérico (mide el hierro), proteínas totales, HDL, LDL, colesterol, triglicéridos, IGE (alergias).
En orina, el pediatra señala que lo aconsejable es un examen general físico, químico y sedimento “para conocer si hay gérmenes en las vías urinarias que son frecuentes en pacientes de edad escolar”. En heces, sugiere un parasitario seriado, citología de moco fecal, cultivo de heces y sangre oculta.
Los niños pueden tener en el intestino más de un tipo de parásito, inclusive el rotavirus que es frecuente en la edad escolar, esporas de hongos, bacterias causantes de diarreas, parásitos macroscópicos como gusanos que salen por la nariz y boca o los microscópicos como amebas y giardias que son más frecuentes.
Por eso destaca la necesidad de los tres tipo de exámenes para conocer el estado hematológico y nutricional del paciente en números. De acuerdo con esa información, el médico determinará qué suplementos, medicamentos y protocolo debe seguir.
“Muchos papitos van por los exámenes básicos y eso impide analizar otros valores. Si vemos un paciente de buen peso, buena talla, coloración de piel, hacemos los análisis principales, pero si es obeso, desnutrido, pálido, con falta de apetito, o tiene afecciones respiratorias, algo está pasando y hay que pedir los análisis completos”.
La atención para los menores, con otros especialistas, también aumenta por esos días. Entre el martes y jueves de la semana anterior, fue común observar a niños y adolescentes con sus madres y padres esperando turno en las áreas de Optometría, Otorrinolaringología y Odontología de un centro médico de la ciudadela Kennedy.
Karina Merino señala que en las vacaciones, un promedio de 8 de cada 10 pacientes son escolares que llegan para un control y tratamiento en su clínica dental General Dental, ubicada en la ciudadela Las Acacias.
La odontóloga destaca la importancia de la visita al especialista para la elaboración de una historia clínica que incluya una revisión, limpieza preventiva, colocación de sellantes y radiografía, según lo que amerite el caso.
Explica que con el control se puede diagnosticar enfermedades congénitas, dientes retenidos y su desarrollo. “Los problemas más frecuentes son caries dentales, succión del dedo, inflamación de las encías, y frenillo lingüal que impide al menor vocalizar bien las palabras y afecta el desarrollo del lenguaje.
“Las enfermedades empiezan en la boca. De ahí parte un buen diagnóstico que puede evitar problemas a futuro”. Comenta que las encías inflamadas y las caries provocan anemia, dolores de cabeza y sueño. En estas últimas están las “peores bacterias” y cuando tiene un daño pueden provocar infecciones y hasta problemas cardiacos a futuro. “Parece algo tan insignificante, pero genera problemas grandes”.
En estos días, la odontóloga coloca sellantes, brackets (por mala posición dentaria), hace fluorización y profilaxis (limpieza). (I)