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Ecuador, 10 de Febrero de 2025
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El Telégrafo

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Punto de vista

El ciclo económico de las ideas

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El objetivo de diversificar la economía, utilizando para ello el desarrollo tecnológico como un importante eje de acción, requiere realizar un análisis previo del camino recorrido por los grandes polos de desarrollo de tecnología de nuestra era (que no necesariamente son los grandes centros manufactureros del mundo).

Casos como el de Corea del Sur son dignos de mención, en 2013 su oficina de patentes recibió 3.186 solicitudes de residentes por cada millón. Según la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), a 2014 se presentaron participaciones de productos manufacturados de alta tecnología cercanos al 40% de su PIB.

En este ejemplo en particular, debe mencionarse que los logros industriales obtenidos son producto de la aplicación de políticas y planificación en períodos mayores a 30 años. Seguramente, los inicios no mostraban todo el potencial que estaba por desarrollarse, pero sí tenían similitudes al caso ecuatoriano y al análisis del proyecto de Código Orgánico de la Economía Social de los Conocimientos, la Creatividad y la Innovación (Ingenios) que está llevándose a cabo.

En términos más específicos, Corea del Sur logró valorizar su manufactura y sus prospectivas de mejora dentro de ese esquema hasta llegar a los niveles actuales, vinculando a su población más capacitada para resolver problemas tecnológicos o potenciar los recursos disponibles con la industria y la información disponible requerida para mejorar su competitividad y satisfacer las necesidades de los ciudadanos.

La respuesta a esto es una sociedad altamente empoderada de la propiedad intelectual y del valor tangible que pueden llegar a tener las invenciones industriales, con antecedentes positivos como la inversión en innovación, junto a un conglomerado de ciudadanos conscientes del beneficio cíclico de adquirir productos y servicios generados localmente, como una práctica que a corto plazo regresa hacia ellos el beneficio de haber formado parte de ese sistema social.

En términos generales, una idea asociada a la resolución de una necesidad inicia por su conceptualización, pasa a una etapa de levantamiento de recursos para su implementación, atraviesa el proceso de investigación y desarrollo, alcanza la etapa de prototipado y generación de activos intangibles como las patentes mencionadas y llega a la industria interesada en replicarla y ponerla al alcance de la sociedad, mediante mecanismos adecuados que garanticen además la transferencia tecnológica.

La gran ventaja de este ciclo es que puede renovarse de forma permanente, debido a que la generación de ideas para mejorar la solución propuesta o la búsqueda de caminos más adecuados para encarar la misma problemática puede generarse de manera continua. Es decir, una solución no agota las posibilidades para resolver un problema.

En este contexto, es posible afirmar que las ideas exitosas generan más ideas a su alrededor, atraen recursos y condiciones para que estas nuevas ideas puedan desarrollarse y promueven el aparecimiento de una serie de invenciones que pueden estar relacionadas a las respectivas industrias que manejan los conceptos que se diseñaron al inicio o a la generación de nuevas oportunidades de empleo durante su incubación y explotación.

En la actualidad es posible creer que el inicio de un proceso de este tipo está siendo incubado a través de la construcción del Código Ingenios. El momento es pertinente, ya que ahora existe población capacitada para generar tecnología y lista para vincularse a la actividad económica. El componente faltante dentro de este sistema sería el acceso efectivo a las oportunidades que puedan generarse en el medio local para materializar las soluciones de base tecnológica a los problemas enfrentados; y, sobre todo, el empoderamiento de la sociedad acerca de los beneficios de apoyar a las iniciativas locales mediante la valoración de sus ideas como un medio real para generar bienestar.

El segundo debate del Código Ingenios en la Asamblea Nacional es una oportunidad idónea para legitimar el nacimiento de una sociedad incubadora de ideas, que además propicie la consolidación del ciclo de la innovación, apuntando a que el conocimiento y la creatividad se conviertan en el motor económico. El éxito implicará que esa misma sociedad valore y adquiera esas ideas materializadas en productos y servicios, y las promueva para que puedan llegar a otras latitudes.

La experiencia muestra que los procesos de promoción del desarrollo de tecnología como agente económico pueden ser largos; y posiblemente nuestra generación no alcance a ver el ecosistema de la innovación que se promueve como eje de la economía local totalmente desarrollado.

No obstante, la misma experiencia que se menciona muestra que el camino lleva a un proceso consolidado de generación de empleo y crecimiento sostenible, que con toda seguridad vale la pena iniciar lo más pronto posible. (O)

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