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El agente de tránsito que alteró redes quiere una profesión y hacer carrera en la ATM
Una semana después de que se viralizara su fotografía en las redes sociales, Julián Palacios Carrera, agente de la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM), disfruta de ese golpe de popularidad, pero aclara algunos comentarios sobre su sexualidad y expresa que no solo es un cuerpo bien definido.
La imagen fue subida el pasado 5 de enero en varias cuentas de Facebook y Twitter y hasta ayer generaba decenas de like, piropos sencillos y otros subidos de tono de parte de mujeres de diversas edades.
En ella, Julián, guayaquileño de 23 años, aparece con gafas y un uniforme ajustado que resalta su figura, ajeno al momento en que fue captado en los exteriores del Mall del Sol, en el norte de Guayaquil.
El joven comenta que no le molesta que su foto fuera subida a las redes y causar ese alboroto mediático. “No está bien ni mal, pero no creo que fuera por hacer daño”. Más bien dice estar acostumbrado a estas reacciones y sabe sobrellevarlas con los pies bien puestos sobre la tierra.
No obstante, confiesa que cuando recién entró a la institución y personas desconocidas le tomaban fotos en la calle o le hacían videos, se sentía acosado y, a veces, hasta “morboseado”. “Así debe sentirse una mujer cuando es acosada”.
Lo que sí le incomoda es que se utilizara la foto de su madre, quien falleció en diciembre pasado, para hacer un meme; y los comentarios sobre su sexualidad. Esto lo ha llevado a visitar algunos medios de comunicación, en sus horas libres, para aclarar esas versiones. “Hay que conocer a las personas antes de cuestionarlas”. Al respecto, señala que desconocidos (hombres y mujeres) le preguntan por la calle si es gay y él responde que no.
“El hecho de que uno se vista apretado no significa que lo sea. Me gusta vestirme así”. Sin embargo, afirma que cambiará su uniforme ajustado por uno holgado, por comodidad, ya que sus músculos se desarrollaron más.
Julián, quien es el segundo de tres hermanos y dedica una hora y media al ejercicio físico “por salud”, señala que le gusta su trabajo y entre sus aspiraciones están hacer carrera dentro de la ATM e iniciar sus estudios universitarios para convertirse en abogado o ingeniero comercial.
Aunque no le presentan propuestas, comenta que le gustaría modelar o hacer un comercial fuera de sus horas de trabajo. Una actividad que desempeñó cuando tenía 17 años, junto con su hermano mayor, en una academia local. “Allí hice algo de pasarela y aprendí a desenvolverme en público”.
Un año y medio duró esa aventura y se retiró porque se fue a México a realizar una misión por su religión, la mormona, que compartió con su madre y sus dos hermanos.
A su regreso buscó trabajo. Su padre le propuso que se postulara para ser agente de tránsito de la ATM. Pero no se convencía porque no le gustaban los horarios y el uniforme que portaban.
Finalmente decidió ingresar sus documentos y en febrero de 2015 asistió a una capacitación. En agosto de ese año ya estaba en la institución. “Me gusta mi trabajo porque uno conoce gente y puede ayudar. Se aprende a ser más amable y más ser humano”.
Sus familiares y amigos actualmente están asombrados por todo ese boom mediático y lo felicitan. (I)