La carne es el principal componente en la dieta
El 47% de la huella ecológica de Ecuador es de alimentos
En la mesa de los ecuatorianos predomina la carne. En efecto, según datos del Ministerio del Ambiente (MAE), el 7% de la huella ecológica per cápita en Ecuador corresponde al consumo de carne de res. Además, en 2009, el consumo de alimentos representó el 47% de la huella ambiental en los hogares.
De este porcentaje, el consumo de productos de origen animal representa el 56% mientras que el de origen vegetal corresponde al 44%.
Lo considerable es que la producción de carne de res requiere 28 veces más terreno y 11 veces más agua para irrigación comparado con la producción de otros derivados del ganado. Más datos del Environmental Working Group estiman que este alimento emite 4 veces más gases de efecto invernadero que el pollo y 13 veces más que las proteínas vegetales, como el fréjol o la lenteja.
“Por ello se debe incluir en la dieta productos alternativos con similar cantidad de proteína y que generen menor impacto ambiental, así se contribuirá a la reducción de la huella ecológica”, aconseja el MAE.
Investigadores de la Universidad Internacional de la Florida sostienen que en la medida en que se incremente el consumo de carne en el mundo y, particularmente, en países tropicales, se pondrá en mayor riesgo la biodiversidad y los ecosistemas tropicales.
Actualmente de los 17 países megadiversos, 15 son tropicales en desarrollo y 11 de estos mantienen tasas crecientes de consumo de carne per cápita, revela otro informe de la Universidad Internacional de la Florida.
Uno de los mayores consumidores de carne es China, el 20% de su dieta se basa en este alimento. Y el hecho de que los chinos coman más carne no es lo preocupante, dicen los investigadores de Florida. El eje yace en que la mayoría de las reses son alimentadas con soya, producto que proviene de la selva brasileña.
Se estima que al menos el 80% de los bosques brasileños han sido deforestados para convertirlos en tierra de ganadería.
Ante este escenario, los investigadores proponen que el consumo de carne se disminuya de tal forma que represente únicamente el 10% del total de la dieta promedio de un ser humano. En países como Estados Unidos y otras naciones emergentes, la ingesta de carne supera el 48% de la dieta diaria.
El MAE también recomienda reducir la huella ecológica y, a la vez, mejorar la salud incluyendo más alimentos de origen vegetal como hortalizas y frutas frescas, y limitar productos de origen animal.