Entrevista / fausto gabriel trávez / presidente de la conferencia episcopal ecuatoriana
“El 41% de católicos está en América Latina”
En la recepción de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana suena una versión moderna del clásico ‘Rondando tu esquina’ de J.J. y ‘El aguajal’ de los Cruks en Karnak. El mobiliario de madera, en la entrada, evoca un ambiente eclesiástico. En lo alto de las paredes cuelgan escudos con nombres de obispos y sobre el corcho de una cartelera hay noticias frescas sobre el papa Francisco.
Monseñor Fausto Trávez, arzobispo de Quito y presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, lleva una leva negra por encima de la sotana y la cruz pectoral -que distingue a los sacerdotes de mayor jerarquía- cuelga de su cuello. La máxima autoridad de la Iglesia en Ecuador se muestra como un líder risueño y espontáneo –al estilo del papa Francisco– que no teme contar alguna anécdota comprometedora.
¿El motivo de la entrevista? La Iglesia Católica pierde fieles en Ecuador, al igual que en el resto de la región, según el estudio ‘Religión en América Latina’ publicado por el Pew Research Center de Estados Unidos. La cifra: el 91% de los ecuatorianos encuestados confesó haber sido criado como católico, pero solo el 79% se mantiene. ¿Qué pasó con ese 12% que cambió de culto o, por último, abandonó cualquier tipo de religión?
¿Es cierto que la Iglesia Católica ha perdido fieles en América Latina y en Ecuador?
Todos los obispos y los párrocos somos conscientes de que se nos han ido muchos católicos. Pero creo que es aventurado poner un tanto por ciento o el número exacto. Aunque nosotros como sacerdotes somos también confesores y como tales tenemos que alegrarnos: no se puede decir qué se oye en la confesión, pero sí se puede decir que muchos están volviendo porque han encontrado una serie de inconvenientes (en otras religiones).
¿Qué significa América Latina para la Iglesia Católica? ¿Es cierto que acá están el 40% de fieles?
En América Latina están el 41% de todos los católicos del mundo. Por algo los cardenales han visto un papa latinoamericano que está haciendo transformaciones radicales en el mundo y a toda velocidad.
¿La elección de un papa latinoamericano, argentino en este caso, obviamente responde a lo que hemos conversado: que la mayor cantidad de fieles está en este continente?
Eso es tan difícil de decir. Uno lo ve desde afuera, ya cuando el papa está elegido. Sé con certeza que ahí actúa el Espíritu Santo. Él sabe cómo y cuándo agarra un ser humano para que sea papa.
Pero la elección al final la hacen los cardenales.
Efectivamente, cada cardenal hace un juramento ante Dios de votar de acuerdo a su conciencia y de no hablar nunca de eso. Y por eso yo me río cuando asoman periodistas y dicen: este papa tuvo tantos votos, fue el más opcionado de América Latina. ¡Si los cardenales no pueden hablar!
Francisco ha demostrado interés en acercarse a otras religiones. ¿En Ecuador la Iglesia Católica se acerca a otros cultos?
Sí. Con el papa Juan XXIII, que subió en 1958, empezó el diálogo ecuménico (universal). Dialogamos con los que quieren, desde luego. Pero también hay algunos que no quieren y están ocupadísimos solo atacando a la Iglesia Católica o a otras religiones. Pero con los que son capaces del diálogo, nos damos cuenta de que no se trata de hablar de temas (de las diferencias) sino de experiencias. Y hasta tenemos celebraciones conjuntas.
En el estudio que le mencionaba al inicio (‘Religión en América Latina’), 2 de las causas por las que la gente se cambia de culto son: “Encontraron una iglesia que ayuda más a sus miembros” y “Problemas personales”. ¿Qué opinión tiene al respecto?
Incluso hay préstamos sin intereses que les dan, y hay otros temas. Por ejemplo, admiten el divorcio. Alguien que se ha divorciado puede creer que está mejor allá.
¿Los escándalos de miembros de la Iglesia Católica han propiciado que la gente se aleje o se cambie de religión?
Con dolor tengo que decirlo, es verdad. Los malos ejemplos de un sacerdote pueden hacer eso, que la gente se nos vaya. También hay que decir que no solo los sacerdotes hacen eso. Y eso no quiere decir que lo justifique. Nuestro pueblo ha idealizado demasiado a los sacerdotes y ha creído que son como ángeles. Cuando los ven caer es tremendo. Decía, en forma de chiste el otro día: los sacerdotes son como los aviones, hacen noticia solo cuando caen.
Francisco ha roto varias estructuras tradicionales. Es un papa más abierto, que hace bromas, hincha de San Lorenzo. Es un papa que tuitea. ¿Cómo cambia eso la Iglesia?
La Iglesia como tal no puede cambiar: los dogmas siguen iguales. Lo que está cambiando es el modo de actuar del papa. Y a la gente le ha gustado eso.
Hablando de estas nuevas formas, ¿cómo piensa la Iglesia acercarse más a la gente, mantener y recobrar fieles?
Tenemos cursos de formación sacerdotal y para jóvenes que están en los seminarios, en donde hemos cambiado esquemas. Estábamos con esquemas del siglo XVII y ahora tenemos esquemas del siglo XX.
¿Por ejemplo?
Por ejemplo, en el esquema anterior los sacerdotes del curso superior no podían hablar con los del curso inferior. Y había cosas: como que coman arrodillados o que digan su culpa públicamente y pidan perdón de rodillas. Eran esquemas que en otra época se creían buenos. Eran esquemas de la represión, de castigo. Esos son los temas que estamos cambiando.
¿Qué pasa con temas como el aborto, anticonceptivos y homosexuales? El papa se ha mostrado abierto a hablar de algunos de ellos.
Nosotros hablamos de esos temas, pero hablamos para ver cómo ayudamos. Es imposible ceder a los principios. Son temas irrenunciables. ¿Cómo va a estar la Iglesia de acuerdo con el aborto, por ejemplo? Es matar a un ser humano indefenso. Y toda la ciencia nos dice que desde la concepción hasta la muerte hay vida.
Y en casos excepcionales, como la violación, ¿podría cambiar la postura de la Iglesia?
La vida es la vida. Y hay casos que se han dado, por ejemplo, como el de un sacerdote ecuatoriano que es fruto de una violación. Y (es un sacerdote que) hace tanto bien. Para mí es un santo. O el de una señora en Chile que se casó y tuvo su primer hijo con mucha dificultad. El doctor le dijo: bueno le vamos a operar y ya no va a poder tener hijos, porque usted podría morirse. Y ella contestó: me he de morir, pero no en contra de la voluntad de Dios. Y tuvo el segundo, el tercero, el cuarto hijo… y el décimo quinto fue el cardenal (Raúl) Silva Henríquez, el único que se enfrentó a Pinochet. Pa’ que vea nomás, no podemos ir contra la voluntad de Dios.
Pero hay un problema de sobrepoblación en el planeta. Estamos hablando de que somos 7 mil millones de personas y ya no hay recursos para todos.
Sí, ya estamos demasiados efectivamente. Pero no creo que sea un problema de sobrepoblación lo que existe (en el planeta). El ser humano está en capacidad de sobrevivir y explotar mucho más lo que tenemos. Se dice que toda la humanidad duplicada podría vivir solo del mar. Tenemos la capacidad de dar cabida a todos los seres humanos que vengan.
¿El tema de los homosexuales iría también en la línea de lo innegociable para la Iglesia?
Claro. Están fuera de… (hace una pausa). Lo que dice la Biblia, ¿no?: macho y hembra los formó.
¿Pero qué pasa, por ejemplo, si un homosexual se siente católico? ¿La Iglesia no lo considera como tal?
Sí, es católico. Es como que a uno le faltara una pierna, algo está mal, pero por eso no va a dejar de ser católico o de la familia.
¿La Iglesia Católica en Ecuador tiene cifras actuales del número de creyentes?
Sí, pero no son datos precisos, porque no es lo más importante. Haya muchos o haya pocos, tenemos que seguir cumpliendo. Tenemos conciencia de que se nos están yendo los católicos, pero también la seguridad de que están volviendo muchos.
¿Ese regreso del que habla tiene que ver con el papa Francisco?
Yo creo que sí. Pero también los sacerdotes hemos cambiado. El sacerdote era un ejecutivo que estaba sentado esperando a que vengan (los fieles). Ahora hay que ir a ver a los feligreses.
Francisco ha demostrado interés en acercarse a otras religiones. ¿En Ecuador la Iglesia Católica se acerca a otros cultos?
Sí. Con el papa Juan XXIII, que subió en 1958, empezó el diálogo ecuménico (universal). Dialogamos con los que quieren, desde luego. Pero también hay algunos que no quieren y están ocupadísimos solo atacando a la Iglesia Católica o a otras religiones. Pero con los que son capaces del diálogo, nos damos cuenta de que no se trata de hablar de temas (de las diferencias) sino de experiencias. Y hasta tenemos celebraciones conjuntas.
Tienen también diálogo, supongo, con la Iglesia Evangélica que es la segunda más grande en el Ecuador.
Sí, es (una Iglesia) fuerte, pero son los que menos quieren dialogar.
¿Y eso? ¿A qué cree que se debe?
Son religiones que no tienen un fundamento teológico profundo, sino solamente bíblico, externo, que van contando, hablando y nada más. Entonces, hay mucho respeto para ellos y también la exigencia de que se nos respete, porque si usted es católico y escucha, la mitad del sermón (evangélico) es algo contra la Iglesia Católica, como para decir: dejen eso que es malo y vengan acá. Y entonces, lo que sí les pedimos es respeto mutuo.
¿Pasa eso en los sermones evangélicos?
He escuchado grabaciones en las que se refieren al papa en términos como ‘la bestia apocalíptica’ y a la Iglesia le dicen ‘la ramera universal’. Y así, usan una cantidad de términos. Y cuando se les invita a dialogar, no asisten porque creen que es para discutir. Y aquí no se les invita para eso.