Édison Cosios recibió una despedida sentida y emotiva
“Édison, vivirás por siempre en nuestro corazón, toda la vida por el Mejía”, fue el coro de despedida que los alumnos de esa institución entonaron a Édison Cosios, quien quiso ser su máximo representante estudiantil.
La banda de guerra de los egresados del Mejía acompañaron el recorrido de la carroza por más de 500 metros hasta el destino final en el camposanto de Santa Rosa, al extremo sur de Quito.
El dolor, en cada acorde de la Banda de Guerra, reflejó el sentir de la familia, vecinos y amigos que despidieron con honores al joven que permaneció casi ocho años en estado vegetativo, tras ser impactado por una bomba lacrimógena el 15 de septiembre de 2011, cuando apenas tenía 17 años de vida.
Una pancarta con la leyenda: “Naciste para nunca morir”, se ubicó en la parte posterior del féretro mientras se encaminaban a la tumba.
Las flores, que adornaron el ataúd del exestudiante, fallecido el último martes, ya no cabían en el pequeño espacio de la velación y se desbordaron como el dolor que aqueja a su familia.
Horas antes del sepelio, aún en la Funeraria Santa Rosa, al costado derecho del cofre mortuorio se levantó una pequeña mesa a modo de altar, cubierta con un mantel blanco y unas fotos enmarcadas de Édison. Dos rosas, una blanca y otra roja, así como un cirio, completaron el altar.
Muchos se acercaron al espacio y se persignaron al tiempo de elevar oraciones.
Del otro lado, en una pantalla los videos de homenaje y recuerdo del exalumno del colegio Mejía no faltaron y conmovieron aún más a los presentes.
Las notas de la canción “Mejía canta al pueblo”, que es un himno entre quienes forman parte de esta institución educativa y que fue creada por el exalumno David Chumaña, reflejaron el espíritu de lucha que caracterizó a Édison Cosios.
“Gracias le queremos dar señor Presidente por tener en la calle tanta gente. Ayer los mejías protestaban en la esquina de la ciudad gritando desde el alma todo lo que sentían, ayer un amigo lanzaba una piedra y a cambio recibe santa sepultura”.
Un segundo video, de homenaje de sus familiares, en el que revivían los momentos en familia, con el fondo de la canción “Duele” del grupo boliviano Los Kjarkas, arrancó más de una lágrima a los asistentes.
Sus padres, Vilma y Manuel, así como sus hermanos Andrés y Andrea, como siempre no se despegaron de Édison. Vivieron de cerca los últimos momentos previamente a la inhumación que ocurrió ayer pasadas las 15:00.
Antes de ello se desarrolló una misa emotiva y llena de recuerdos del exalumno, así como homenajes a la dedicación familiar para estar presentes en cada momento.
Vilma, a ratos lucía tranquila y en otros la desazón no cabía en su alma. Allí estuvo su esposo Manuel para auxiliarla y con una palmada, reconfortarla.
Por instantes se acercaba nuevamente al féretro a contemplar, como siempre lo hizo, el rostro de su hijo.
Abrazos y una que otra palabra fueron suficientes para recibir las condolencias generalizadas de todos quienes acudieron a despedir al último de los tres vástagos que procreó la pareja.
Manuel, el padre, aún acongojado por la partida de su retoño, recibió pésames de quienes fueron sus excompañeros de aulas, así como de profesores que formaron parte de El Mejía.
Por instantes salió del lugar para entablar algún diálogo y preparar los últimos detalles previos al sepelio.
Arreglos amarillos y azules
Los estudiantes del Mejía en diferentes delegaciones y con su tradicional uniforme de parada, llegaron con nuevas ofrendas florales para homenajear a uno de sus miembros. Los adornos con los colores amarillo y azul de la institución nunca faltaron.
Como ocurrió en la velación, este miércoles en la tarde fueron sus amigos y familiares quienes trasladaron el ataúd a la carroza para su destino final.
Un bus del camposanto Santa Rosa llevó a varios allegados a la familia hacia el lugar del entierro. Fueron cerca de 5 km de trayecto.
Egresado formalmente
El presidente de la Sociedad de Egresados del Mejía, Daniel Sánchez, anticipó que habrá un pedido formal ante las autoridades del plantel para que se otorgue el título de bachiller que Édison no pudo alcanzar por el impacto recibido.
Además hay el interés de que en el lugar donde ocurrió la tragedia, cerca del estadio de la institución educativa, se coloque una placa que recuerde toda la represión vivida por el exestudiante a manos del teniente Hernán Salazar. (I)