La emergencia sanitaria mundial puso a correr a la humanidad frente a la cantidad de víctimas fatales por este coronavirus reportado por primera vez en Wuhan (China). A la fecha, a nivel global suman 358.235 muertes. Ecuador, por su parte, registra 3.313 por covid-19 y otras 2.136 defunciones por causa probable de este virus.

Todos los países, independientemente de su economía, han afrontado problemas por la falta de ventiladores mecánicos para los pacientes más graves frente a un virus respiratorio, todavía desconocido por los científicos.

Esta fue la motivación para que un grupo de ingenieros del país, entre ellos una colombiana y un cubano, se unieran para dar una respuesta a la mayor brevedad al problema sanitario.

Tras más de 70 días de la emergencia, el equipo será presentado al país este viernes 29 de mayo de 2020. Luego debe recorrer un proceso que se vislumbra complejo para su registro y producción a gran escala.

El ingeniero César Naranjo describe que han trabajado de forma voluntaria durante este lapso con el propósito de salvar vidas. Al inicio eran 25 y luego, por la misma situación, algunos se retiraron en el camino hasta quedar 14, quienes integran el grupo de ingenieros al que denominan “Yo no me rindo”.

En este punto resaltan el apoyo desde varias carteras del Estado, como el ministro de Cultura, Juan Fernando Velasco; del Municipio y de la fundación Khare, entre otros actores. También destacan la visita del vicepresidente Otto Sonnenholzner para impulsar la cooperación financiera con el proyecto.

Para el M.Sc Francisco Astudillo, esto quizás no habría sido posible en países como Argentina, México o Perú, con más recursos, pero se dio en Ecuador por el altruismo de todos quienes se sumaron y apoyaron. “Esto ha sido un milagro, para llegar a hacer una máquina de una tecnología como es esta, donde han pasado 40 años de tecnología en 70 días”, dice al valorar este acontecimiento.

Todo comenzó en el parqueadero del Centro de Convenciones Eugenio Espejo de Quito. Allí sacaron mucha información de máquinas rotas y comenzaron a innovar una propia. Para ello elaboraron unos 12 prototipos hasta lograr su creación.

Además de garantizar la necesidad del sistema de salud, el país podría colaborar con otros e iniciar su producción a gran escala para generar ingresos. “Ahora se necesita que autoricen. Esto no es un emprendimiento privado, será para el país”, dijo Astudillo.

El equipo incluso maneja el contacto de una empresa que podría hacer la producción de los respiradores a razón de 100 cada día. “Yo creo que se rompió un limbo tecnológico y eso nadie se lo esperaba”, afirmó Naranjo.

Ambos coinciden en que fueron determinantes la responsabilidad social y el sentido de humanismo ante la necesidad de salvar vidas en esta pandemia.

El ventilador fue construido con implementos que utiliza la industria alimentaria para bajar el costo, en estos momentos. Faltaría, dicen, que el COE dé el visto bueno y se agilicen los procesos desde Arcsa para su producción urgente y su utilización en los hospitales.

Insumos
Esta máquina lleva reguladores de presión y válvulas, censores de instrumentación adaptados por los ingenieros.

Operación
El flujo de aire y la frecuencia se controlan a partir de una pantalla táctil de 15 pulgadas, manejada por el médico especialista.

Limitante
Una limitación en el ensayo clínico es que el médico a cargo tenga experiencias anteriores. (I)