La amazonía ecuatoriana es la zona de mayor biodiversidad del país
Ecuador, un territorio frágil para la biopiratería hace 40 años (Infografía y Documentos)
En 1970 el científico John Daly, de Estados Unidos, sacó del país 750 ejemplares de la rana endémica Epipedobates tricolor para extraerle una sustancia más potente que la morfina. En 1986, la Ayahuasca, utilizada por chamanes indígenas, fue patentada por la Oficina de Patentes y Marcas de EE.UU. Los derechos fueron obtenidos por Loren Miller, quien los vendió para tratamientos de cáncer, angina de pecho y parkinson.
En 1990, 2 científicos norteamericanos tomaron muestras de sangre a grupos waorani, alegando que sería para constatar su salud, pero nunca regresaron con los resultados. Esta información fue recopilada por el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI) y puede ser revisada por los ciudadanos al ingresar a www.propiedadintelectual.gob.ec.
Como describe el IEPI, Ecuador debido a su biodiversidad ha sido foco de casos de biopiratería. Esta actividad es “el acceso, uso y/o aprovechamiento ilegal, irregular y/o inequitativo de recursos biológicos y sus derivados”, según la organización Rural Advancement Foundation International (RAFI).
En el país no hay una legislación nacional contra la biopiratería. Actualmente se discute el Código Orgánico de Economía Social del Conocimiento, que cuidará el patrimonio intangible del Estado. La normativa será aprobadada por la Asamblea Nacional.
El último caso de biopiratería fue expuesto por una investigación de la Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt). La entidad concluyó que se extrajeron al menos 3.500 muestras de ADN de indígenas waoranis. Además hay varias publicaciones en revistas indexadas extranjeras con muestras de sangre que fueron tomadas sin consentimiento (ver infografía).
En 2010, Pablo Morales, director del Instituto Intercientífico y Derechos Genoculturales, tramitó una queja en la Defensoría del Pueblo contra el Instituto Científico Coriell por vender presuntamente material genético waorani, que estaría localizado en el biodepositario celular GM11776, en Nueva Jersey, y distribuir muestras a 8 países. (LEA EL RECURSO DE REVISIÓN RESOLUCIÓN DEFENSORIAL)
¿Por qué los amazónicos?
Para el genetista César Paz y Miño, de la Universidad de las Américas, los genes de las poblaciones amazónicas son valorados porque los indígenas viven en lugares inhóspitos y no se enferman. “Por ejemplo buscan genes de resistencia a enfermedades, sea la malaria, la leishmaniasis o la ceguera de río”.
Denuncia que los científicos vienen como turistas, contactan a las comunidades y les pagan para que los ayuden en la gestión de extracción de plantas o de otros recursos. También, dice el genetista, este negocio es millonario: “solo un proyecto de investigación nacional bordea los $ 300 mil. Es una cadena inmoral de extracción ilegal”.
A su criterio, para combatir la biopiratería hay que investigar localmente, promoviendo publicaciones y patentes ecuatorianas. Está de acuerdo con la emisión de permisos para investigar, pero denuncia la burocracia. “Es fácil controlar a los ecuatorianos, pero a los extranjeros no los controla nadie”, indica.