A las 18:58 del sábado 16 de abril de 2016, el Ecuador sufría uno de los desastres más devastadores de los últimos 20 años. Un terremoto de 7.8 grados en la escala de Richter hacía temblar a todo el país.

El movimiento telúrico destruyó viviendas, carreteras, hoteles, hospitales, alumbrado público, vidas humanas. Ciudades manabitas como Pedernales, Manta, Portoviejo o Bahía de Caráquez sufrieron la inclemencia de la naturaleza. Ese sábado vivieron una de sus noches más oscuras.

Según cifras oficiales, en el Ecuador se registró la muerte de 671 personas, principalmente de las provincias de Manabí y Esmeraldas. Las pérdidas económicas también superaron los 4.000 millones de dólares y obligó a una reactivación económica. Entre las medidas que tomó el Gobierno fue aumentar dos puntos al Impuesto al Valor Agregado (IVA), hasta el 14%.

Los ecuatorianos también aportaron con un porcentaje de sus sueldos, según el valor de sus ingresos, para la recuperación económica de Manabí y Esmeraldas. Además, los ciudadanos se unieron para donar víveres y vituallas a los damnificados por el sismo.

En todas las ciudades del país se realizaron centros de acopio en los que se recolectaron productos que luego se trasladaron hacia las zonas más afectadas. En Quito, el Municipio habilitó las instalaciones del viejo aeropuerto para cargar cientos de camiones con ayuda humanitaria.

Desde el exterior también se enviaron productos de necesidad y se coordinó la entrega. Cuatro años después, las localidades más perjudicadas empiezan a levantarse. Sin embargo, este jueves fue un día para recordar  la memoria de las víctimas.

El #16Abril de 2016 un #Terremoto de 7,8 grados cambió la historia del #Ecuador, nos hizo más solidarios y fuertes.

Hoy atravesamos duros momentos y nuevamente volveremos a levantarnos con el espíritu resiliente que llevamos por dentro❤►https://t.co/ib9aARfxn6 pic.twitter.com/vIqw3nwvtX

— El Telégrafo Ecuador (@el_telegrafo) April 16, 2020

Cuatro años después, el Ecuador vuelve a afrontar una crisis que apela a la solidaridad de la población. En esta ocasión ya no es un terremoto, ya no es un fenómeno natural; pero sí un evento inesperado y que también ha cobrado cientos de vidas.

La pandemia del covid-19 se esparció por todo el territorio nacional. Manabí y Esmeraldas concentran el 3,6% de contagios por coronavirus, por lo que ahora el centro de atención es Guayas, con el 70%.

Mediante campañas como ‘Dar Una Mano Ecuador’ se buscan donaciones para entregar a las familias más pobres del Ecuador que se quedaron sin un sustento económico por la restricción de circulación para evitar el contagio.

Cuatro años después, los ecuatorianos se vuelven a unir para recuperarse, una vez más. (I)