En el país quedan tres hablantes del sapara
Yanda Inayuk de la nacionalidad sapara (insistió en que la escriba con ese y sin tilde), usa una corona de plumas y pinta en su rostro figuras y lanzas.
Un collar y un chaleco elaborados con la corteza de un árbol (llanchama), como usaban sus abuelos, son parte del atuendo con el que ha recorrido Europa y Latinoamérica.
Él y un grupo viajaron, en días pasados, desde la comunidad Llanchamacocha (provincia de Pastaza) hasta Guayaquil.
Pero antes, con 30 jóvenes, mujeres y niños (del Colegio Tsitsano), caminaron durante dos días por la selva, subieron montañas, pisaron lodo, usaron canoa, y un carro que los llevó a Puyo. Allí recién se enrumbaron a la Costa.
Esa larga travesía tuvo un solo objetivo: acercar su cultura a los demás ecuatorianos y evitar que su lengua, el sapara, desaparezca.
En Ecuador -según los miembros de la nacionalidad- solo quedan tres ancianos que se comunican con ese sistema original.
Yanda, en su travesía denominada “Las Enseñanzas de Tsitsanu”, llevó artesanías (vasijas, aretes de plumas, lanzas), la bebida iyauna y el tabaco auneka, que utiliza para limpiar el cuerpo e interpretar sus sueños de forma clara.
El joven, de 29 años, es dirigente de la Nación Sapara en Comunicación y Economía y es hijo de una sapara y un quichua. No habla fluidamente la lengua; sin embargo, con su viaje quiere evitar que la historia de su pueblo quede en el olvido.
La Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) reconoció, en 2001, esta lengua como Patrimonio de la Humanidad y la ubicó en la lista de las que se encuentran en riesgo de desaparecer.
Los obstáculos
Jaime Gayas, titular de la Secretaría del Sistema Nacional de Educación Intercultural Bilingüe, aseguró que uno de los problemas para preservarla es que las familias ya no la practican.
A eso se suma que escasean los profesores que tengan el conocimiento y ayuden a preservarla.
El funcionario consideró que en los años anteriores no se ha trabajado en el tema en la zona que habitan.
Los niños y jóvenes que terminan la primaria -aseguró- no tienen acceso a otros lugares para estudiar el bachillerato.
“No se puede reunir a todas las comunidades porque están dispersas a lo largo de las orillas de los ríos (como Curaray). Ningún currículo educativo del nivel de bachillerato o tercer nivel responde al plan de vida de los pueblos y nacionalidades indígenas”, cuestionó.
La Secretaría -adelantó el funcionario- retomará los esfuerzos para rescatar el idioma. Por ese motivo, indicó, se efectuarán nuevas investigaciones.
La próxima semana saldrá un grupo de investigadores a territorio sapara, en el Oriente ecuatoriano, para socializar los objetivos académicos.
Uno de ellos es compartir con los últimos tres hablantes del idioma, insertarlos en el sistema educativo y crear materiales didácticos (como el abecedario).
“En noviembre recibiremos los resultados para la publicación e impresión de materiales didácticos”.
Progreso
Desde el año 2012, los saparas cuentan con un diccionario que contiene más de 2.000 palabras.
Frailón Grefa, lingüista especializado en el tema, explicó que uno de los logros de la nacionalidad es haber definido las consonantes.
“Nos falta hacerlo con las vocales. Estamos en ese proceso, pero para eso necesitamos hacer más investigaciones”.
Él recordó que antes había seis hablantes sapara, pero ahora solo quedan tres. “Esta es una situación preocupante, porque se abandonó por mucho tiempo el contacto con ellos. No existió diálogo”.
Para remediarlo -dijo Grefa- impartirán desde el 20 de agosto nuevas capacitaciones a los docentes, incluidos los sapara.
Con la Secretaría de Educación Bilingüe Intercultural se prevé retomar el seguimiento y apoyo pedagógico.
“Estamos elaborando algunos materiales (como métodos de aprendizaje de la lengua) que sean aplicables y que cualquiera pueda aprenderlo”.
Precisamente, Nema Grefa Ushigua, presidenta de la nación Sapara en Ecuador, expresó que los profesores trabajan en centros comunitarios del Oriente con rompecabezas y en clases prácticas.
En ese espacio enseñan lo básico: nombres de animales, ríos y plantas. “Falta trabajar en la gramática y hacer oraciones”.
Grefa considera necesario capacitar a los docentes de los centros educativos comunitarios, a los jóvenes de la nacionalidad e incentivar a los tres hablantes.
De su lado, Manari Ushigua, otro de los miembros de la etnia, cree que la solución no es la investigación de quien habla sapara, sino la enseñanza de la gramática sapara a los catedráticos.
“Hemos solicitado un lingüista con experiencia en recuperación de idioma, pero no hay respuesta de las autoridades”.
Los estudios se efectuarán con el Ministerio de Cultura, la Secretaría y Nacionalidad Sapara del Ecuador.
Estos colectivos trabajarán en el levantamiento de nuevas informaciones y recogerán todos los saberes y conocimientos ancestrales de los tres hablantes vivos. En Ecuador existen 16 comunidades sapara. (I)