Ecuador avanza en el proceso para divorciarse de los plásticos
Las opciones para contrarrestar el consumo excesivo de sorbetes, platos, fundas, tarrinas, envases y cubiertos de plástico toman cada vez más fuerza en el país.
En la región Insular hay una ordenanza que restringe el consumo de plásticos de un solo uso hace tres años, pero los resultados surgieron este 2018.
El 26 de mayo se inició con los sorbetes y en julio con las bolsas tipo camiseta.
Hoy, cinco meses después, dichos productos ya no ingresan ni se comercializan en las islas. Lorena Tapia, ministra presidenta del Consejo de Gobierno de Galápagos, indica que este 26 de octubre comenzará el proceso de concienciación para reemplazar los envases de espumaflex.
Al igual que con los sorbetes y las fundas tipo camiseta la etapa durará 4 meses, después rige la restricción. “Fomentamos alternativas como recipientes de caña de azúcar. La población está bien comprometida”, señala Tapia.
En enero se dará el próximo paso para no usar botellas. Y se espera reformar la normativa para extender la prohibición a todo tipo de fundas plásticas. Esa propuesta entrará a debate a fin de este mes.
En Tandana todo es construido con material rehusado y reciclado. Los vasos son hechos con viejas botellas de vino. Hay sorbetes de acero.
De la misma manera, Loja tiene una ordenanza para reducir el índice de la huella ecológica, desde 2017. Esa normativa propone reemplazar las fundas tipo camiseta con las oxobiodegradables, que se descomponen.
Luis Bravo, del departamento de Higiene del Municipio, explica que se socializó la medida con los propietarios de los locales. “Hacemos inspecciones. Si aún tienen las bolsas que están prohibidas las retiramos. Si reinciden se aplican sanciones que van desde el 50% hasta un salario básico”.
En Guayaquil ya se aprobó la regulación para sustituir los productos plásticos de un solo uso y Quito va por el mismo camino, con un proyecto de ordenanza que contempla tener una ciudad libre de plásticos en 2023.
En la fachada del restaurante vegano Upála, en La Floresta, está colgado el distintivo de buenas prácticas ambientales. Allí nunca se han usado plásticos.
Como parte del proceso, en agosto la Secretaría del Ambiente de la capital lanzó la campaña “Sin sorbetes por favor” en 20 establecimientos. Hoy son 60 lugares donde el Municipio colocó un reconocimiento.
En el hotel JW Marriott el rótulo se exhibe en el bar The Exchange. La cadena de hoteles reemplazó los sorbetes plásticos por unos biodegradables de papel. Rosa Elena Román, supervisora de Seguridad Salud y Ambiente, indica que la meta es retirar los envases plásticos de las amenidades hasta 2019.
Por otra parte también tienen el reconocimiento los sitios que nacieron con una cultura amigable con el ambiente como Upála, ubicado en La Floresta. Allí Bárbara Vela cuenta que su familia siempre ha separado los desechos. “Trasladamos nuestra costumbre al negocio”.
Si algún cliente pide sorbetes se les entrega unos de bambú. Tampoco hay tarrinas para los pedidos para llevar sino recipientes de vidrio, que se deben retornar.
Pedro Bermeo, activista por los derechos de los animales y la naturaleza, concuerda con Vela. Él es parte de la Fundación Libera Ecuador y su proyecto es Tandana, restaurante vegano.
“No usamos productos animales para evitar el calentamiento global, buscamos un comercio justo, orgánico, local y ecológico. Esto va más allá de no usar sorbetes”, enfatiza.
Bárbara Vela, de Upála, muestra los sorbetes de bambú y de acero. En su local hay una sección donde se venden productos orgánicos al peso.
El consultor ambiental Enrique Iturralde dice que en el país, más que ordenanzas, debería existir más educación desde las familias para el manejo de basura.
“Todavía vemos gente que arroja desechos por la ventana del auto. Nos falta mucho para cambiar la visión y tener una conciencia ambiental responsable”. (I)
- En las escuelas
Acuerdo ministerial N°97
- Según la nueva normativa, los establecimientos del Sistema Educativo Nacional no podrán solicitar materiales plásticos de un solo uso y desechables no reciclables en la lista de útiles para ninguna actividad escolar.
- 1 sorbete tarda mil años en descomponerse. En los bares escolares se prohíbe su uso.
- Fomentar el reciclaje Las instituciones educativas también deberán promover el reciclaje, reutilización y separación en la fuente, clasificación de los productos plásticos y su entrega a gestores ambientales.