Ecuador debe mejorar la formación inicial y continua de los docentes
Del 24 al viernes 27 de octubre de 2017, 6.100 jóvenes ecuatorianos rindieron las primeras pruebas PISA-D de la historia.
Zambia, Bután, Paraguay, Camboya, Senegal, Honduras, Guatemala y Ecuador se integraron al grupo de países evaluados por el sistema creado por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
En abril de 2014 se suscribió el convenio entre la OCDE y el Gobierno, que formalizó el acceso oficial de Ecuador a las Pruebas PISA-D.
Según los expertos, este ingreso marcó un antes y un después que permitirá no solo al sistema educativo, sino a la sociedad, la construcción y aplicación de planes de mejoramiento de la calidad con equidad, como ha acontecido en otros países.
¿Qué es Pisa?
Pisa significa “Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos”. Esta mide la calidad, la equidad y la eficiencia de la educación escolar, en tres áreas: lectura, matemática y ciencias.
Un fundamento es que sus resultados “revelan lo que es posible en la educación, al mostrar lo que pueden hacer los estudiantes”. Estos hallazgos son comparables a los de otros países, que sirven para construir políticas públicas en educación con metas y procesos verificables.
PISA intenta responder a tres preguntas básicas: ¿Están los estudiantes adecuadamente preparados para enfrentarse a los retos que les depara el futuro? ¿Son capaces de analizar, razonar y comunicar con eficacia sus ideas? ¿Saben cuáles serán sus intereses profesionales a lo largo de su vida?
Hay que reconocer que padres, docentes, alumnos y responsables de la educación necesitan información calificada para construir procesos de cambio.
Los análisis comparativos enriquecerán, de hecho, el panorama educativo nacional, a través de la identificación de fortalezas y debilidades y ayudarán a vigilar los progresos ya realizados.
Evaluación internacional
El test es desarrollado de forma conjunta por los países participantes y aplicado a los alumnos de 15 años integrados al sistema educativo.
Se trata de un estudio efectuado en 43 países en el primer ciclo (32 en 2000 y 11 en 2002), 41 países en el segundo ciclo (2003), 56 en el tercer ciclo (2006), en el 2009 participaron 35 países de Europa, 12 de Asia, 11 de América, dos de Oceanía. Por término medio, en cada nación fueron sometidos a pruebas de evaluación entre 4.500 y 10.000 alumnos.
El Programa para la Evaluación de Alumnos de la OCDE tiene como objetivo medir hasta qué punto los estudiantes de 15 años se encuentran preparados para afrontar los retos que le planteará su vida futura. Se ha elegido la edad de 15 años porque, en la mayoría de países, se acercan a la culminación de los 10 años de educación básica y, por tanto, una evaluación realizada en ese momento permite obtener una idea aproximada de los conocimientos, habilidades y aptitudes que se han acumulado a lo largo del período educativo de unos 10 años.
Los evalúa con un enfoque amplio que, si bien refleja los cambios más recientes de la materia curricular, va más allá del enfoque centrado en la escuela para orientarse hacia la aplicación de los conocimientos a las tareas y los retos cotidianos.
Las tres áreas
Las Pruebas PISA-D evalúan las competencias lectoras, matemáticas y científicas.
La primera consiste en la capacidad que tiene un individuo de comprender, utilizar y analizar textos escritos con el objeto de alcanzar sus metas, desarrollar sus conocimientos y posibilidades y participar en la sociedad.
La segunda es la destreza que tiene un individuo de identificar y comprender el papel que desempeñan las matemáticas en el mundo, emitir juicios bien fundados y utilizar e implicarse en las matemáticas de una manera que satisfaga sus necesidades vitales como un ciudadano constructivo, comprometido y reflexivo.
Y la tercera hace referencia a los conocimientos científicos de un individuo y al uso de ese conocimiento para identificar problemas, adquirir nuevos conocimientos, explicar fenómenos científicos y extraer conclusiones basadas en pruebas sobre cuestiones relacionadas con la ciencia.
Asimismo, comporta la comprensión de los rasgos de la ciencia, entendida como un método del conocimiento y la investigación humanas, la percepción del modo en que conforman el entorno material, intelectual y cultural.
Metodología
El énfasis de la evaluación recae en el do minio del proceso la comprensión de conceptos y la capacidad de desenvolverse en diversas situaciones dentro de cada área.
Las pruebas son escritas con una duración de dos horas por alumno. Los ejercicios combinan las preguntas de elección múltiple con otras en que deben elaborar sus respuestas. Las interrogantes están basadas en resolver una situación de la vida real.
Los alumnos responden a un cuestionario contextual en el que se suministra información sobre sí mismos y su entorno familiar. Los directores del centro de enseñanza, por su parte, responden el cuestionario en un tiempo de 20 minutos.
PISA-D utiliza mecanismos rigurosos de control de calidad de la traducción, el muestreo y la administración. Estas medidas sirven para conseguir la máxima amplitud cultural y lingüística en los materiales de evaluación, objetivo que se alcanza mediante la implicación de los países en el proceso de elaboración y revisión de ejercicios. Para ello aplica las tecnologías y metodologías más avanzadas.
La evaluación combina las áreas cognitivas de un campo específico, como son la lectura, las matemáticas y las ciencias, con otro test sobre el entorno cotidiano del alumno, el enfoque que dan a su aprendizaje, la percepción que tiene entorno al aprendizaje y su grado de familiaridad con las computadoras.
Una de las máximas prioridades es una innovadora evaluación de las actitudes hacia las ciencias, un aspecto que quedó recogido en una serie de preguntas contextualizadas dentro del aparato cognitivo de la prueba.
La evaluación en Ecuador
En nuestro país las pruebas de evaluación educativa no son nuevas. En la última década del siglo pasado ya se aplicó el modelo “Aprendo”, en Lenguaje y Matemática y en el siglo XXI los sistemas “Sí, profe”, “Terce” y otros organizados por el Instituto Nacional de Evaluación (Ineval), creado en 2013 y la Unesco.
Una conclusión preliminar del informe ubica al Ecuador en una situación media en el contexto latinoamericano. Mejor desempeño estudiantil se observa en Lenguaje: con 346 puntos, mientras que América Latina y el Caribe llegó a 409 puntos sobre 1000.
Un detalle interesante es la puntuación de las niñas, que están mejor ubicadas que los niños, en lo que a comprensión lectora se refiere. En el caso de las ciencias, los resultados son casi similares: 399 puntos para Ecuador, en tanto América Latina 398, es decir, un punto más que la región.
La situación es preocupante en Matemática: el Ecuador se ubicó con 377 puntos y se identifican brechas importantes: el 70,9% de los varones no alcanza el nivel básico para resolver problemas. Y en este caso, los chicos superan a las chicas en 20 puntos.
Análisis y prospectiva
Hay que reconocer que Ecuador ha realizado esfuerzos para mejorar la educación básica. En 2018 está en la medianía y salió por mérito propio de los últimos lugares en América Latina.
Pero según los datos de diciembre de 2018 está muy lejos de Singapur, Shanghái y Finlandia, países que tienen contextos sociales, económicos y culturales diferentes.
En el país, PISA-D no es la panacea. Significan referentes para trabajar en varias estrategias, especialmente en la formación inicial y continua de los docentes, sobre la base del conocimiento de nuestras fortalezas y debilidades, así como los factores asociados al aprendizaje: la nutrición, la familia, la migración y más.
En este sentido es un recurso valioso porque ayudará a monitorear la política educativa vigente, gracias a su concepto innovador de competencia y su relevancia para la vida.
El gran desafío ahora es la educación de calidad con equidad, en el contexto de una reforma integral, que cubra la educación inicial, básica, bachillerato, superior y postgrado”. (O)