El Gobierno de Ecuador está haciendo historia con el modelo alternativo de desarrollo denominado el Buen Vivir, afirmó el reconocido sociólogo brasileño José de Souza. "Lo que está emergiendo aquí no tiene precedentes", aseveró el especialista en Quito, donde impartió en los últimos cuatro días un taller dirigido a los actores políticos para el éxito de la democracia.

De Souza destacó los esfuerzos de este país, además de Bolivia y Venezuela, en la construcción de esos nuevos paradigmas para la satisfacción de las necesidades básicas de sus habitantes en el contexto de la región más desigual del planeta.

El experto citó el Sumak Kawsay ecuatoriano, el Suma Qamaña boliviano y los programas venezolanos, que emergen como alternativa al desarrollo en la región continental como en ninguna otra parte y los cuales se concentran en la convivencia de todas las formas y modos de vida.

El investigador de procesos sociales en este hemisferio aseguró que los latinoamericanos están construyendo el día después del desarrollo y ya empiezan a llamar la atención y a llegar invitaciones para conocer qué significan estas nuevas formas de gobierno.

En el caso de el Buen Vivir de Ecuador expuso que está haciendo historia por esta voluntad, lo cual no significa necesariamente que será exitoso y que haga la historia como quiere el ciento por ciento; sin embargo, este modelo construye otra página de la historia de la humanidad.

Señaló que, lógicamente, el Gobierno de este país se inserta dentro de un sistema de Estados hostiles a esta iniciativa y también a una élite que, como en cualquier otro país, no está interesada en que se aplique esta concepción porque lesiona sus privilegios.

De Souza expresó su confianza en que los esfuerzos conduzcan al éxito porque todavía existe la esperanza de que otro mundo, relevante, es posible. Enfatiza esta frase al argumentar que no todo lo que es posible es relevante.

Reflexionó también en torno a esta alternativa en construcción y dijo que es complejo el proceso porque luego de cinco siglos de basura acumulada, en cinco años no es posible cambiar todo lo que sea necesario para avanzar.

Lo más importante, acotó, es entender que no se acepta el desarrollo ya como meta universal, sino el ser feliz, vivir bien, pero no con un modelo, sino a partir de que en cada comunidad este concepto debe ser renegociado sobre la base de qué es para ellos lo esencial para alcanzarlo.

En Ecuador, añadió, no existe un modo de vida, sino varios, y cada asentamiento o grupo humano debe revalorar cuál es su Buen Vivir para no repetir errores. De Souza confesó sentirse privilegiado de estar compartiendo esta iniciativa, la cual elogió al calificarla de fuente de esperanza para la humanidad.