Bajo la premisa de que la educación es el único camino para mitigar los efectos actuales del cambio climático, se presentó oficialmente en Quito, la mesa de educación para el desarrollo sostenible con miras a alcanzar los objetivos de desarrollo (ODS) propuestos hasta 2030.

La oficial de la Unesco en el país, María Brown, recordó que una de las metas es que los estudiantes -en todos los niveles de formación- alcancen los conocimientos teóricos y prácticos para promover el desarrollo sostenible.

“Entre otras cosas se requiere el cambio de hábitos hacia aquellos que sean sostenibles porque el desarrollo humano no significa nada sin un planeta sano”.

Recordó que la población mundial supera los 7.400 millones y cada uno debe ser responsable de sus acciones.

Alejandro Jaramillo, viceministro del Ambiente (e),  reiteró que no es posible mantener un proceso de cambios profundos en la sociedad si no están acompañados de modificaciones en el pensamiento.

“En estos años se ha desarrollado un sistema participativo incluyente que fortalezca los conocimientos ligados a nuestra biodiversidad. La educación ambiental busca reconocer las particularidades culturales y territoriales propias de nuestras diversas culturas”.

El ministro de Educación, Milton Luna, insistió sobre la importancia de la enseñanza en todos los estratos sociales como la “mejor herencia de los padres a los hijos”.

“A todos nos interesa que las presentes y futuras generaciones tengan una educación mejor para vivir en un mundo mejor y para eso es necesario que se generen políticas públicas demandadas desde la sociedad civil”.

El funcionario recalcó que  la educación debe ser el eje productivo del cambio en el país y para ello se requiere modificar los hábitos en producción y consumo de los habitantes.

“Es necesario que converjan las acciones del gobierno nacional y local (..). El tema de la educación no es solo de las aulas; hay que buscar los espacios para que estén en contacto con la naturaleza”.

Leonardo Izquierdo, director de la cátedra de Desarrollo Sostenible de la Unesco,  destacó la importancia de que el país entienda esta actividad en una dimensión social, económica, ambiental y sobre todo de gobernanza.

“Es importante la actuación civil para entender que el 20% de lo que compramos lo desperdiciamos”. (I).