Punto de vista
Día de la Niña
Hace 2 años la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el Día Internacional de la Niña, e invitó a todos los estados miembros, al sistema de las Naciones Unidas, organizaciones internacionales y la sociedad civil, a crear conciencia sobre la situación de las niñas en el mundo. Es preocupante que los derechos de las mujeres continúen siendo vulnerados. Casi una de cada 4 adolescentes sufre actos de violencia, y cada 10 minutos una niña adolescente muere.
Y lo más grave es que las víctimas se quedan calladas, 7 de cada 10 niñas adolescentes entre 15 y 19 años que sufrieron de violencia física y/o sexual, indicaron que nunca pidieron ayuda, y muchas incluso dijeron que no se percataban de que sufrían una forma de violencia. Los niveles de aceptación son alarmantes, casi la mitad de las niñas de todo el mundo (126 millones) creen que en algunas ocasiones se justifica que los maridos o las parejas íntimas golpeen o agredan físicamente a sus cónyuges.
En Ecuador al 2011 se registra que 6 de cada 10 mujeres han sufrido algún tipo de violencia: psicológica, física, emocional y/o patrimonial; y 1 de cada 10 mujeres ha sufrido abuso sexual antes de cumplir los 18 años, según datos de la Encuesta Nacional de Violencia de Género y la Agenda Nacional de las Mujeres e Igualdad de Género 2014-2017.
Bajo este contexto, a nivel global se ha hecho hincapié para que este año el Día de la Niña lleve por tema: la promoción de autonomía de las niñas adolescentes para poner fin al ciclo de la violencia. La discriminación, las limitaciones constantes, las prácticas nocivas y la violencia pueden hacer que las niñas caigan en una espiral negativa con secuelas irreversibles.
Con demasiada frecuencia la discriminación por razón de género y las normas sociales ponen en mayor riesgo a las mujeres. En Ecuador, por ejemplo, según la Encuesta Nacional de Trabajo (2012), el 13,5% de niños, niñas y adolescentes dedica 14 o más horas por semana a tareas domésticas dentro del hogar. De ellos, 2 de cada 3 son niñas adolescentes, lo que evidencia que las niñas están más expuestas al trabajo doméstico y por lo tanto tienen menos oportunidades de estudiar, jugar y desarrollar sus capacidades que los hombres.
Promover la autonomía de las niñas adolescentes brindándoles educación, formación técnica y vocacional, educación práctica para la vida, apoyo social y conocimientos, y fomentando su participación, puede contribuir a poner fin al ciclo de la violencia antes de que sea prácticamente imposible detenerlo o, incluso, antes de que comience.
En esta celebración del Día de la Niña es importante reforzar el compromiso para poner fin al ciclo de violencia. No se debe permitir que más niñas sean abusadas física o sexualmente, y se debe empoderar a las mujeres para que no se queden calladas. La violencia no es tolerable y no se la debe justificar. Si las niñas adolescentes reciben las herramientas necesarias para potenciar sus capacidades, la sociedad se beneficia en su conjunto. Estas niñas llegan a ser mujeres autónomas que asumen papeles activos, cuidan mejor de sí mismas y de sus familias, son más productivas económicamente, son agentes de cambio e impulsan el crecimiento económico de sus comunidades y sus países.
En el marco del Día de la Niña es importante hacer hincapié en que las niñas y adolescentes mujeres continúen sus estudios, que no los interrumpan, que confíen en sí mismas, y en especial hay que empoderarlas para que defiendan sus derechos cada día y no permitan que nadie las violente.