Desafíos en la infancia latinoamericana

Unicef lanzó recientemente el estudio: América Latina a 25 años de la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, junto con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

El informe ofrece un panorama de los logros alcanzados y los desafíos de los gobiernos durante los próximos años para garantizar el desarrollo de la infancia y la adolescencia de la región, con respecto a salud, educación, seguridad social, alimentación, vivienda, protección e identidad.

Entre los avances se destaca, por ejemplo, que entre 2000 y 2011 la incidencia de la pobreza infantil multidimensional se redujo, pasó de 55,3% a 41,2%, mientras que la proporción de niños, niñas y adolescentes en situación de pobreza extrema pasó de 27,2% a 16,7%.

En cuanto a la salud, la proporción de vacunas del Programa Ampliado de Inmunización ha ido en aumento, entre 2002 y 2011 pasó de 83,2% a 89,3%. Con respecto al derecho a la alimentación, la desnutrición (crónica y global) ha sido combatida, pero persiste una gran cantidad de niños y niñas (13%) en la región que la padece.

En la educación primaria, la meta de la universalización ya ha sido alcanzada en prácticamente todos los países de la región y las tasas de repetición en ese ciclo han pasado de 12% a 6% entre 1999 y 2012.

Todavía existen 2,9 millones de niños y adolescentes con ingreso tardío a la educación primaria, abandono o exclusión total de la educación primaria o media.

Estas cifras evidencian progreso, pero al mismo tiempo demuestran que todavía existen desigualdades. Estas brechas se suman a nuevas realidades y desafíos, como es el caso de la violencia.

América Latina y el Caribe presentan la mayor proporción de homicidios de niños y adolescentes en el mundo. Alrededor de 40 millones de menores de 15 años sufren violencia, abusos y abandono en la familia, la escuela, la comunidad y las calles. A su vez, el trabajo infantil continúa vulnerando la realización de los derechos de muchos niños y niñas. Todavía hay cerca de 8 millones que trabajan. La cifra ha bajado apenas un punto y medio entre 2008 y 2012, de 8,8% a 7,2%.

Por otro lado, otra de las situaciones que preocupan es la maternidad adolescente, que apenas se ha reducido. En comparación con otras regiones del mundo, América Latina ocupa un lugar preocupante que solo es superado por los países africanos. El estudio revela que la maternidad adolescente persiste y se expresa con mayor fuerza en los hogares de menores ingresos y nivel educativo, y está considerada como una de las razones por las que las adolescentes abandonan sus estudios.

Después de 25 años de aprobada la Convención sobre los Derechos del Niño, se puede decir que América Latina muestra significativos avances, pero también claros desafíos, como el de las desigualdades. Los niños y niñas de hogares en situación de pobreza e indigencia, los que viven en zonas rurales y alejados del tejido urbano, los que pertenecen a pueblos indígenas, las mujeres, los que trabajan y los que sufren, en forma cotidiana, distintas formas de violencia o desamparo, son aquellos que más expuestos están a los riesgos.

Es un imperativo cerrar estas brechas y prevenir la violencia contra los niños. No esperemos otros 25 años para asegurar que todos por igual disfruten de esos derechos.