“De alguna manera la TV comercial ecuatoriana tiene que reflexionar”

¿Cuál es tu análisis de la programación educativa en la televisión ecuatoriana?

Creo que no hay, no hubo o no había. Ahora estamos haciendo televisión educativa con la apuesta de la televisión pública. Brindamos un contenido que ayude a la ciudadanía a tener mejores valores ciudadanos, a ser personas más activas y comprometidas.

En la televisión privada no me atrevo a decir que no hay programas educativos, solo me atrevo a decir que yo no los he visto. Creo que hacen falta, y lo único que tienen que hacer es pensar en buenos contenidos, tratar de contarlos bien, de una manera interesante y desmitificar que la televisión educativa tiene que ser aburrida, fea, mal hecha, con mal presupuesto.

Según la Supercom, el 5% de la TV tiene contenidos educativos. ¿Se debe aumentar ese porcentaje o mejorar la calidad de los programas que ya existen?

Hay que aumentar el porcentaje. Además, creo que la televisión comercial debe dejar de pensar que lo único que funciona es espectacularizar todos los contenidos. Puede ser que los televidentes elijan esos programas porque es lo único que hay, pero estoy convencida de que en la medida en que los contenidos educativos sean de calidad, poco a poco la ciudadanía los elegirá.

¿Cómo se puede competir con los ‘realities’ que logran altos ‘ratings’?

Haciendo ‘reality’ educativo, comedias interesantes para jóvenes, programas para niños. Ecuador TV lidera sintonía en la franja niños en Ecuador. No conozco un país en el mundo que su televisión pública lidere en ‘rating’. En los países normalmente lidera esa medición la televisión comercial.

Hay ciertos públicos como niños, adolescentes, familia, ¿qué contenidos miran?

Hay una diferencia entre las audiencias en Ecuador. En Guayaquil la gente ve más televisión abierta; en Quito más cable. Esto sucede porque no hay el mismo nivel adquisitivo. En la capital acceden más a MTV, Discovery Channel, etc., y en Guayaquil de alguna manera tienen menos poder de elección. En Ecuador TV pueden ver programas infantiles que no sean nocivos, pero en la tarde priman las telenovelas. De alguna manera la TV comercial ecuatoriana tiene que reflexionar; que bueno que la ley exija que haya contenidos de producción nacional y un porcentaje de producción independiente.

¿Qué incidencia han logrado en el público con la apuesta educativa?

Hacemos una investigación anual en 1.600 hogares, entrevistamos a 600 docentes, también a padres y chicos de 8 a 17 años una vez al año. Hacemos una encuesta anual y seguimiento trimestral en 400 hogares en Quito y 400 en Guayaquil. Uno de los resultados es que, actualmente, el top de televisión educativa en Ecuador es Educa.

¿En Educa, cuáles han sido las mayores conquistas?

Tenemos la suerte de que hay una ley desde 1995 que dice que la televisión educativa debe pasarse todos los días en todos los canales. Hemos realizado muchos programas. Además tenemos programas de ficción, títeres, animaciones, comedias, ‘top shows’, cursos de quichua. Una gran apuesta educativa.

Usted era directora de revista Pekes, que era un producto educativo, ¿por qué finalizó el proyecto?

Era una revista muy linda, pero concluyó por ventas. El mercado de productos para niños por algún motivo no tiene mucha publicidad y por eso antes la televisión comercial no tenía programas infantiles, porque no encontraba muchos auspiciantes. No era un nicho de venta fuerte.