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El cabildo asegura que solo hace un mantenimiento
Cuatro especies anidan en los árboles de Samanes I
En la mañana de ayer, en la avenida Pedro Rizzo de Samanes I, en Guayaquil, un grupo de hombres trabajaba en la poda de los más de 60 árboles que alberga el parterre de la zona.
La gestión se realizaba ante los comentarios de los moradores que se oponían a la idea de no volverlos a ver. Anteriormente 5 de los frondosos árboles dejaron de serlo tras la intervención del Municipio como parte del proyecto de Reconstrucción con pavimento de hormigón. La teoría del Cabildo es que las raíces de los árboles invaden la calle.
Alex Jota Pazmiño, estudiante de la Escuela de Biología de la Universidad de Guayaquil, recientemente presentó un informe del impacto que traerán estos trabajos; explicó que la poda sin criterio técnico afecta directamente a las aves.
Contó que en un recorrido de la escuela en la que cursa sus estudios y la Facultad de Ciencias Naturales detectaron 14 familias de 22 especies de aves. Son 4 especies que anidan en los árboles: tangara azulada o azulejo de jardín (Thraupis episcopus), tordo de matorral, tordo negro fino (Dives warzewiczi), cotorrita celestial o perico esmeralda (Forpus coelestis) y hornero del Pacífico (Furnarius cinnamomeus).
“El informe busca demostrar a la comunidad que es necesario conservar los árboles y las aves; de lo contrario se alterarían las condiciones de vida”, dice Pazmiño.
Los árboles enfrían el ambiente y sin la existencia de aves no habría control de las plagas como moscas o mosquitos.
Agrega que se ha planteado una propuesta al Municipio de la ciudad para que se mantenga los espacios verdes, a través de mesas de diálogo con ingenieros de ambiente, arquitectos urbanistas, que den criterios técnicos y soluciones.
Los jóvenes también piden un avistamiento de la avifauna en Samanes, para determinar la biodiversidad del sector. “Los árboles no son una molestia, ni los espacios verdes, aquí no hay una planificación correcta”.
El Cabildo de Guayaquil, mediante un aviso, reconoció que en vista de que los árboles se verán afectados hasta 30% de su sistema radicular, se procederá a una poda de reducción de altura y apuntalamiento para el posterior tratamiento de las raíces. Los 66 árboles recibirán mantenimiento y monitoreo para precautelar su supervivencia y desarrollo fisiológico. También se aseveró que la intervención se ha coordinado con la Dirección de Áreas Verdes y que se ha realizado un análisis técnico - agronómico. Pazmiño negó que existen criterios en la poda. “No queremos que pase lo mismo que en la Atarazana, donde removieron 44 árboles que daban sombra. Por eso pedimos que controlen la poda”. (I)