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Ecuador, 27 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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Cuatro ancianos quedan para custodiar la lengua zápara

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Cesario Santi, uno de los últimos cinco guardianes de la lengua zápara, hoy lucirá por última vez el traje típico de su pueblo. Con esa vestimenta será sepultado en su comunidad localizada en la selva ecuatoriana.

Santi murió el lunes, a los 100 años, por causas naturales, informó su sobrino y presidente de la nacionalidad zápara, Manari Ushigua.

El dirigente indígena recordó que, según la tradición del pueblo amazónico, la velación se prolonga por dos días. “Se realiza en la comunidad para que todos compartamos la tristeza de la pérdida”.

Como el pueblo no cuenta con un cementerio, el entierro será en la parte baja de una montaña del sector. El único requerimiento es que por la zona escogida no haya un paso de agua.

¿Qué implica la muerte de Santi? Ushigua siente que, con la pérdida de su familiar, la lengua de su pueblo corre peligro de desaparecer. La razón: solo quedan cuatro ancianos que hablan la lengua originaria, sin ninguna modificación.

Entre los hablantes están las hermanas Mocutsagua, Ana María Santi, Malaku y Albrito Ushigua. Sus edades varían de 80 a 95 años.

Las nuevas generaciones del pueblo zápara también lo hablan, pero lo hacen con ciertas modificaciones fonéticas (mezcla de español, kichwa y zápara). “Hay quienes prefieren el kichwa, la lengua indígena de mayor acogida en el país (antes que el idioma záparo)”.

El lingüista Marcelo Santillán sostuvo que todas estas lenguas de las nacionalidades del país (con excepción del andwa) son consideradas vivas (en mayor o menor medida), porque tienen hablantes y pueden ser transmitidas de generación en generación.

Con respecto al proceso de ‘kichwización’ de la población zápara, el experto sostuvo que se produce desde hace varios años.

En la Amazonía el kichwa sirvió para aglutinar a gente de diferentes procedencias (étnica, lingüística y cultural) y también como una forma para defenderse.

“Los pobladores preferían pertenecer a una alianza de pueblos indígenas de todo el país que se indentificaban con una sola lengua: el kichwa”.

Bartolo Ushigua, de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), explicó que la zápara, que significa ‘persona de la selva’, no es difícil de aprender. Él la entiende, pero no la habla por falta de práctica. Desde su niñez estudió en español y kichwa.

En 1680 la comunidad estaba integrada por cerca de 98.500 miembros, pero a principios del siglo XX la cifra se redujo a 20.000, según el Ministerio Coordinador de Patrimonio. En la actualidad, de acuerdo con datos del líder del colectivo, hay cerca de 575 habitantes.

El rescate de la lengua es una prioridad para el país

Además de los cuatro ancianos que dominan la lengua, hay un grupo de 10 jóvenes que hablan “muy bien” el idioma, según Ushigua. Ellos son los encargados de mantener vivo su lenguaje de origen.

“Estos jóvenes están regresando a nuestro territorio para seguir con nuestras tradiciones”.

Según Santillán, el peligro de la extinción de la lengua zápara se combate a través de la educación.

El lingüista indicó que en la nacionalidad existen centros educativos en los que se imparten clases en tres idiomas: en kichwa, en zápara y en español.

Esto lo confirmó el dirigente Ushigua y agregó que su pueblo cuenta con escuelas propias: existen 12, en donde se educan entre 40 y 45 niños de la nacionalidad.

 El objetivo es que desde pequeños los záparas conozcan la lengua de sus antepasados, la utilicen y eviten la extinción del ahora patrimonio universal.

En 2010, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró la lengua zápara como Patrimonio Oral Inmaterial de la Humanidad.

Desde 2008, la organización internacional tiene inscrita a esa nacionalidad amazónica como patrimonio oral, además de sus manifestaciones culturales.

El reconocimiento se dio tras el esfuerzo de los integrantes de las 11 comunidades que conforman la nacionalidad zápara por mantener su lengua y costumbres ancestrales.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), de 2010, revelaron que  559 personas, que equivalen al 0,05% del total de la población indígena a escala nacional, se identificaron como parte del grupo zápara.

Según el censo, la población estaría asentada principalmente en Pastaza (82%), pero también en Pichincha (8%) y en el resto de provincias (11%). (I)

DATOS

La comunidad zápara vive de la caza y la pesca, es decir, en armonía con la naturaleza. Según su mitología, por su gran agilidad son descendientes de los monos aulladores.

La lengua (también llamada kayapwe) pertenece a la familia zaparoana. En Ecuador y Perú está en peligro de desaparecer, pues sus hablantes originales mueren por vejez.

La fonología del idioma del pueblo amazónico es relativamente simple. Se habla  con cuatro vocales y 15 consonantes. Los grupos consonánticos se anulan.

La nacionalidad cuenta con su diccionario  conformado por 500 palabras. El texto es una iniciativa para rescatar la lengua de la extinción.

La comunidad se asienta en localidades ubicadas entre las riberas de los ríos a donde solamente se accede en lanchas o en avionetas.  (I)

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