“Cuando la hicimos reír hasta la fiebre desapareció”
Luis Alberto de la Riera no es psicólogo, tampoco viste traje multicolor ni grandes zapatos, tampoco se pinta la nariz de rojo. A él le basta contar uno que otro cacho con ‘fina gracia’ para arrancar carcajadas hasta al asistente más serio.
Desde hace más de cuatro años, De la Riera imparte talleres del humor mediante la risoterapia. Una fórmula que, dice, tiene como objetivo proveer momentos de felicidad a las personas. “En algún momento de nuestras vidas pasamos por problemas, pero no tenemos la habilidad de administrar las situaciones difíciles. La risoterapia nos permite alejarnos de esos estados de estrés y depresión y mejorar la calidad de vida”.
La técnica, que en Ecuador ha cobrado mayor impacto en la última década, tiene beneficios físicos y mentales. Al reír el cerebro libera serotonina, un tipo de endorfina que tiene un efecto calmante y analgésico. Las endorfinas son conocidas como los “opiáceos naturales”.
Según el dermatólogo Eduardo Manzano Merchán, la risoterapia es una alternativa ideal para elevar la autoestima y activar el sistema inmunológico de quienes padecen de psoriasis. Explica que la enfermedad, de tipo inflamatorio en la piel, está vinculada al estrés. “Esto provoca que bajen las defensas y aparezcan con mayor intensidad las afecciones a la piel y que se vuelvan más crónicas. Por eso se les recomienda que busquen actividades que contrarresten su malestar (como reír) sin olvidar la medicación”, manifiesta. En el país, la risa también es una terapia aliada en centros que tratan a pacientes con cáncer.
Para el cirujano oncólogo Enrique Ortiz, si bien reír no representa una cura para la enfermedad, sí influye en el estado de ánimo. “De esta manera el paciente acepta el tratamiento con mayor facilidad”.
La Fundación Narices Rojas lleva siete años recorriendo hospitales, ancianatos y escuelas especiales.
Raquel Rodríguez, presidenta y fundadora del grupo, indica que las personas se preocupan por la salud física, pero nos olvidamos de la emocional. “La risa nos ayuda en el bienestar emocional. Cuando se piensa, habla y actúa en positivo, se puede cambiar el universo. Es un mensaje que queremos dar con el payaso esperanzador”, expresa Rodríguez.
Agrega que más allá de los beneficios en la salud, como mejorar la circulación sanguínea y relajar las contracturas en la espalda, “todo parte de la actitud que se decide tener: si ser alegre o amargado, pese a toda circunstancia”.
El presidente de la Confraternidad de Payasos del Guayas, Vicente Muñoz, recuerda entre una de sus mejores anécdotas que en una matiné infantil “la madre de la cumpleañera dijo que su nena estaba volando en fiebre y que ya no había fiesta. Cuando entramos y la hicimos reír la fiebre desapareció”.
Ya lo dijo el médico inglés Thomas Sidenhman, en el siglo XVII: “es más benéfico para el pueblo la llegada de un payaso que una caravana de remedios”.
Datos
En el país el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) analiza niveles de estrés de familias en el país.
Hunter Patch Adams, fundador del Instituto Gesundheit!, dedicado a la risoterapia, visitó en enero de este año el país. Anteriormente había sido condecorado.
En países como China, los taoistas enseñaban que una simple sonrisa aseguraba la salud.
Según estudios los niños ríen 300 veces al día y los adultos solo entre 15 y 100 veces.