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El Telégrafo
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“Creo firmemente que la mujer saudí merece un cambio”

“Creo firmemente que la mujer saudí merece un cambio”
25 de noviembre de 2013 - 00:00

En 1991 Madeha Al Ajaroush, fotógrafa, organiza una caravana de autos conducidos solo por mujeres, desafiando  las leyes de Arabia Saudita.  En ese país las mujeres pueden manejar, pero no solas. La ley saudí  les impide conseguir una licencia de conducir, y para ir a algún lugar deben pedir al esposo, hermano, hijo o un hombre, que las acompañe.  Arabia Saudita es el único país  del mundo con este tipo de norma.   

El día de la caravana, Alajaroush y las otras activistas fueron sancionadas y catalogadas de mal ejemplo por los líderes religiosos musulmanes de esa nación.    

El activismo de Alajaroush quedó dormido por más de 20 años, hasta 2011 cuando Manal Al-Sharif grabó un video de ella mientras conducía y lo subió al portal Youtube.

Al-Sharif creó una campaña denominada ‘Women2Drive’ que estimula a tomar el volante a otras mujeres. Siguiendo la iniciativa,  2 años más tarde otra fotógrafa encabezó un recorrido en auto por las calles saudís. Su  nombre es Samia El-Moslimany,  de 50 años y residente en Yeda, la segunda ciudad más grande de Arabia Saudita.  

El 26 de octubre Samia, al igual que 60 mujeres de distintas ciudades saudís, se colocó detrás del volante. No estaba sola. Eva Ludemann, una amiga periodista holandesa, la acompañó vía Skype.    

¿Qué pasó exactamente el 26 de octubre?

Alrededor de las 5 de la tarde me puse mis audífonos, me conecté con Eva y me senté en el asiento delantero, algo que nunca había hecho antes. Soy más afortunada que otras mujeres saudís porque tengo a mi hermano que me lleva a todas partes. Mientras conversaba por Skype con Eva, manejaba en el área residencial de Al-Manar. Cuando giré en una intersección, vi un vehículo SUV con 2 o 3 hombres, que conducía a mi lado. Asustada, aceleré y los perdí, pero luego me perdí. Traté de encontrar mi camino a casa. Pero me encontraron. Así que me dirigí a un área más poblada. Se quedaron detrás de mí. Me detuve frente a una tienda de alimentos, salté del auto y llamé a mi conductor. Un agente se acercó al auto y me pidió la licencia. Luego me recordaron que es ilegal que las mujeres conduzcan y me llevaron a la comisaría por unas horas.

Ya en la comisaría, ¿cómo reaccionaron los agentes?

Las autoridades dijeron que para salir tenía que firmar el compromiso de no conducir y que mi exmarido debía hacerse responsable de seguir el procedimiento. Discutieron conmigo durante casi 3 horas. Al final llegó mi exmarido. Le dije que no quería que firmara nada. Él estuvo de mi parte. El oficial dijo: "Puedes irte. Llévenla a su coche y que se vaya". Y luego se echó a reír y movió el dedo hacia mí: "Pero deje que su chófer conduzca”. Ese día también encontré en la oficina policial a Nahed Batarfi, divorciada y madre de 7 niños. Ella tenía licencia, pero expedida en Reino Unido. Debo, sí, decir que en ningún momento nos intimidaron o amenazaron. Fuimos tratadas con cierto respeto.

¿Qué escenas pasaron por su mente cuando decidió salir a conducir sola?

Debido a que estoy envuelta en una batalla legal con mi exesposo y su prometida quizás no era prudente para mí tomar tantos riesgos. Pero recordé a Madeha Al Ajaroush y las otras ‘conductoras originales’. Recordé que ellas habían tomado riesgos y sufrido mucho por hacer valer sus derechos años atrás. Entonces me di cuenta de que debía apoyar la causa. Traté de encontrar a alguien que me acompañe en otro auto desde lejos, incluso le pregunté a mi esposo de quien he estado separada por 3 años. Cuando no pude encontrar a nadie, le pedí ayuda a Eva.

¿Cuando se efectuaban los preparativos de la campaña para salir a conducir, sintieron presión por parte de las autoridades para desistir de la idea?

No hubo muchos comentarios de las autoridades hasta días antes de la fecha. Luego la policía religiosa apareció diciendo a las mujeres que no se involucren en incidentes del pasado, refiriéndose a lo ocurrido con Al Ajaroush. Mientras más se acercaba el día, las amenazas eran mayores. Pero nosotras igual salimos a manejar como individuos, ejerciendo nuestro derecho.

¿Cuál fue la principal motivación para participar de esta campaña de mujeres al volante?

Creo firmemente que la mujer saudí merece un cambio... ellas merecen una licencia de conducir. Desde el inicio que escuché de la campaña la apoyé abiertamente en redes sociales. Es importante mencionar que otras mujeres también fueron arrestadas ese día al igual que yo. Todas son  luchadoras por la causa.

¿Cómo afecta la prohibición de manejar a las mujeres saudí, en especial a las de estrato socioeconómico medio o bajo?

Las mujeres de clase media pueden solventar un chofer. Pero tener uno trae inconvenientes, porque son personas de otros países que no conocen las calles, y estudios aquí muestran que el 60% de mujeres en Arabia Saudita sufre abuso sexual de los conductores. Tener un chofer puede costar $ 700 al mes, y el salario básico de una mujer pobre es menor a eso. Además, no hay sistema de transporte público y en los taxis, según últimos reportes de la Policía,  será ilegal viajar sola.

La ley saudí no les prohíbe manejar, pero sí obtener licencias. ¿Cómo pueden campañas como la protagonizada el 26 de octubre cambiar una norma que ha estado presente por siglos?

Como bien dices, no es una ley.  Se trata incluso de algo parecido a la norma que no permite a la mujer saudí salir del país.  Puede hacerlo, pero solicitando permiso a su guardián legal, en este caso el esposo. Estas son rígidas interpretaciones de la ley islámica y la implementación de la tradición. Por eso es que la situación puede cambiar y lo hará. Las tradiciones y las interpretaciones no son hechos científicos, así que no existe una justificación general para prevenir que las mujeres manejen. Es una falta de entendimiento lo que ocasionará el cambio.

¿Es el movimiento del 26 de octubre   una expresión del feminismo saudí?

Creo que feminismo es en sí la palabra correcta. No hay duda de que el movimiento feminista para las mujeres saudís necesita ser bien definido, y comprendido acorde con nuestra realidad islámica. Esto   también es una lucha contra los actos de discriminación y violencia hacia la mujer. Lo malo es que para la mayoría de mujeres acá el término feminismo es negativo o significa ateísmo.

¿Cuál es, entonces, el siguiente paso para el movimiento feminista saudí?

Eso ya depende de Manal Al Sharif y Eman Al Nafjan, quienes están detrás de la campaña. La intención no es solo normalizar la conducción, sino motivar a las mujeres que salgan y manejen todos los días.  La fecha para recordar a las mujeres valientes que manejaron en ocasiones anteriores es el 31 de noviembre.

¿Por qué no mudarse a Estados Unidos, un país en el que vivió antes y es posible conducir?

Arabia Saudita ha sido mi hogar por 30 años. Mi familia y amigos están aquí, también mi estudio fotográfico, que es mi única fuente de ingreso. Pero, sobre todo, no estamos haciendo nada malo, manejar es normal. Pasa en todo el mundo.

Nota: El  3 de noviembre, según un diario estadounidense, una mujer kuwaití fue arrestada en Arabia Saudita por conducir. Trataba de llevar  a su padre enfermo al hospital.

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