La creatividad y la argumentación modelan el comportamiento estudiantil
En las aulas de clase, a nivel primario y secundario, suele hallarse un perfil de estudiante que se rebela ante la autoridad del docente y se niega a cumplir consignas, retrasando así su aprendizaje. ¿Cuáles son las estrategias que aplican para prever o revertir esa situación?
Tradicionalmente, algunos colegios aplican filtros o se reservan el derecho de admisibilidad en base a la observación de las notas disciplinarias. Cuando ello sucede, un mismo alumno podría pasar de colegio en colegio sin que ninguno afronte el desafío de alcanzar a modelar su comportamiento para, en consecuencia, formar en valores con el objetivo de que el individuo aporte a la sociedad.
El artista uruguayo Luis Camnitzer afirma que “la educación verdadera no trata de seleccionar al mejor, sino de mejorar al individuo. Entonces, claro que requiere más esfuerzo el mejorar al que no tiene capacidad que elegir al que la tiene, pero ahí es donde está una responsabilidad ética del sistema educativo. Dentro de eso, lo que creo que hay que hacer es tratar de generar un buen ciudadano, que es aquel que cuestiona, el que no toma las cosas como son dadas, sino que las critica e intenta mejorarlas para el bien común”.
En tal sentido, el ideal asimila que la criticidad del estudiante venga marcada con un direccionamiento positivo. Pero, ¿cómo provocar ese cambio?
Para César Coffré, inspector de la Unidad Educativa Particular Bilingüe Ecomundo, la respuesta abarca fundamentalmente una política integral de la institución, la cual guarda coherencia en cada una de las partes de su aparato educativo. La promoción de los valores institucionales se coordina con las acciones desempeñadas por la familia en la casa.
Dentro de ese engranaje, el docente tiene como principio el respeto, como un mecanismo que propicia una atmósfera agradable para aprender. El facilitador maneja un lenguaje formal, sin omitir calidez en el trato. Pero, sobre todo, lo que revolucionará su conciencia parte de dos elementos: la creatividad demostrada en el inicio del planteo, y el argumento que sostiene la motivación del aprendizaje que, por lo demás, hace de la teoría algo aterrizable en la práctica, con un proyecto específico. (I)