Esta es la tercera epidemia que azota al mundo por el coronavirus, tras la del Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS-CoV) en 2002, y el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), en 2012. Sin embargo en la última década la OMS estableció otras alertas internacionales por epidemias, pero ninguna por coronavirus.

Estos virus toman este nombre porque tienen forma de corona en sus puntas. Además, son zoonóticos, o sea se transmiten del reino animal al ser humano. Por eso hay científicos que recomiendan evitar el contacto directo con aves y con especies exóticas de la fauna.

Se presume que el virus pueda transmitirse por la respiración o al ingerir carne cruda, de ahí que se indique atender la cocción de los alimentos.

Existen coronavirus en animales que no se reportan todavía en los seres humanos, pero se estableció que la civeta fue en China el causante del SRAS, y un dromedario contagió al humano el MERS, en Arabia Saudita.

La alerta internacional establece que los Estados implementen sus respectivos planes nacionales para contener la propagación de este virus; además, deben compartir con otros países -en especial con los que tienen un sistema débil- la información de datos clínicos y experiencias, posibles diagnóstico y los tratamientos.

Los ciudadanos, en tanto, deben asumir medidas de higiene para contener el contagio.

La alerta es muy elevada para los países limítrofes con China y para el resto del mundo, aunque todavía no se reporta el primer fallecido por coronavirus 2019-nCoV fuera de China. No obstante, se han elevado los casos en otros 21 países.

Por ahora se desconoce con exactitud su período de incubación, estimado de 2 a 10 días, según la OMS/OPS. El ancestro común más reciente del coronavirus data del siglo IX antes de Cristo, según la bibliografía.