Desde que apareció el primer brote de coronavirus (covid-19) en China y se expandió por varios países del mundo, las autoridades sanitarias mundiales han recomendado la cuarentena obligatoria para quienes se han contagiado del virus.

Gobiernos de varios países están siguiendo al pie de la letra estas recomendaciones y además, las complementas con otras estrategias a fin de precautelar la salud de sus ciudadanos como es el caso de Ecuador.

Entre el protocolo anunciado por las autoridades del Gobierno Nacional está mantener al menos un metro de distancia entre las personas para evitar el contagio, especialmente si una de ellas, padece de una enfermedad respiratoria.

Tanto las autoridades como la sociedad hablan en estos días sobre aislamiento, cuarentena y distanciamiento social. Pero usted sabe cuál es la diferencia entre estas tres recomendaciones.

De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, el aislamiento, cuarentena y distanciamiento social son tres estrategias de salud pública para lograr un objetivo común que es evitar la masificación de contagios, pero que en la práctica son términos técnicamente distintos y constituyen medidas diferentes.

Según CDC, el aislamiento es una estrategia que se utiliza para separar a las personas que se han enfermado por una enfermedad contagiosa (en este caso, coronavirus) de aquellas que están saludables. El aislamiento restringe el movimiento de las personas que están enfermas para evitar la propagación de ciertas enfermedades.

Estas personas pueden recibir cuidados tanto en el hogar, como en hospitales o instalaciones de atención médica designadas.

En cambio la cuarentena se utiliza para separar y restringir el movimiento de personas que pueden haber sido expuestas a una enfermedad contagiosa, pero que no tienen síntomas para ver si se enferman. Estas personas pueden o no ser contagiosas.

Otras de las estrategias que se están implementando alrededor del mundo es el distanciamiento social. Aquí se pone en marcha una serie de tácticas efectivas destinadas a evitar que las personas se reúnen en grandes multitudes para retrasar la propagación de un virus como limitar el acercamiento físico entre personas de 1 a 3 metros e incluso, evitar saludos con la manos, besos y abrazos. (I)