Decenas de personas de la comunidad de Gays, Lesbianas, Bisexuales y Transexuales (GLBT) de Ecuador celebró hoy con besos el Día Mundial contra la Homofobia en una céntrica plaza de Quito.

Efraín Soria, de la Fundación Equidad y Género, uno de los organizadores de este evento, dijo que apostaron por el beso porque es "un símbolo de afecto y de amor".

"Con un beso le queremos decir a la gente que no somos enfermos, que no somos depravados, que somos seres humanos que podemos dar afecto y decirle a toda esa gente conservadora que deje de odiar y fomentar el odio", señaló Soria.

En una plaza repleta de banderas con rojo, naranja, amarillo, verde, azul cielo, azul oscuro y morado, los colores de la comunidad GLBT, se concentraron parejas de gays y lesbianas para darse apasionados y largos besos.

Si bien Soria reconoció que en términos legislativos Ecuador ha avanzado en favor de los homosexuales, pues la Constitución del 2008 es la primera del país que reconoce sus derechos de esta comunidad, destacó que "en términos de las prácticas culturales, la gente todavía tiene comportamientos pocos saludables".

En la concentración de hoy los presentes lucían cuatro carteles, todos con el mismo mensaje "Basta ya".

En uno se veía cómo tres jóvenes molestaban a otro por su tendencia sexual, en otro un hombre con un palo pegaba a un transexual sentada en el suelo, en otro una lesbiana estaba ingresada en una clínica y vestida con una bata blanca, mientras que en el último se veían los pies de un cadáver sobre una camilla tapado con una sábana.

Una de las reivindicaciones más fuertes de los participantes en el acto fue el cierre de las clínicas ilegales que dicen ofrecer una "cura" para la homosexualidad en Ecuador y que, según tanto las autoridades como defensores de los colectivos GLBT, violan la Constitución.

"El día de ayer recibimos dos quejas de dos chicas, que desde hace un mes están desaparecidas y sus parejas suponen que sus familias les han encerrado en unas clínicas. Estamos haciendo los trámites legales para que el Gobierno, el Estado empiece a buscar a sus compañeras", destacó Soria.

La ministra de Salud Pública, Carina Vance, la primera ministra lesbiana reconocida de la historia del país, señaló recientemente en una entrevista con Efe que hasta ahora las clínicas se clausuraban temporalmente por infracciones médicas, pero cuando se solucionaban se volvían a abrir.

Sin embargo, Vance resaltó que el ministerio prepara una nueva normativa para que estas clínicas se puedan cerrar por violaciones a los derechos humanos, no sólo porque el supuesto tratamiento contra la homosexualidad es inconstitucional, sino porque presumiblemente en algunos de estos lugares se practican "torturas" a los internos.

Soria dijo que los reunidos hoy denuncian "estas prácticas de tortura, de violencia, contra los derechos de la comunidad GLBT, basta de clínicas en Ecuador".

Destiny, una transexual que estaba en la concentración, señaló que las provincias con más centros de este tipo son Pichincha, cuya capital es Quito, y el Guayas, en el Pacífico, y donde está la ciudad más grande del país, Guayaquil.

Destiny, quien enfatizó que la homosexualidad "es una condición genética", aseguró que estas clínicas son "una manera de sacar dinero" a las personas, puesto que "engañan" a los padres que viven "en la desesperación de no entender lo qué es la homosexualidad" y los cuales "buscan curas milagrosas".

La transexual dijo que los padres llevan a los hijos a estos centros por desconocimiento y porque temen que sean marginados por su orientación sexual, "pero es muy interesante ver cómo la discriminación empieza en la propia familia".

Soria dijo que la homofobia es una práctica aprendida "lo que significa que en las escuelas, en los colegios en los hogares se sigue fomentando el odio a los homosexuales y a las compañeras lesbianas".

Por eso, explicó que el acto en Quito, que proseguirá con una obra de teatro que se realizará también hoy en el ministerio de Cultura, invita a que las personas reflexionen y "a cambiarles esas actitudes".

"Si a mí no me molesta ser gay, porque a los demás tiene que molestarles", sentenció.