Comida antitumoral: de la col al aceite de oliva
La oncóloga Paula Jiménez-Fonseca es clara: “comer no cura el cáncer” cuando ya ha hecho acto de presencia en nuestro organismo, pero sí puede ayudar a prevenir su aparición con la práctica de un estilo de vida saludable como nutrirse con alimentos antitumorales.
Por eso la doctora advierte contra aquellos mensajes que ofrecen remedios nutricionales mágicos contra los tumores y que lo único que persiguen es comercializar con la salud de los pacientes.
“La agresividad del cáncer es tal que solo con la alimentación no es posible ganarle la batalla”, asegura.
Por eso -añade- nunca debe convertirse en una opción a los tratamientos oncológicos, pero sí puede ayudar a sobrellevarlos al fortalecer el sistema inmune y así evitar la desnutrición.
En su libro “Comer para vencer el cáncer”, escrito junto a la química y nutricionista Belén Álvarez, la oncóloga del Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo, aborda los hábitos de vida saludables para prevenir el cáncer, consejos para preparar y conservar los alimentos y detalla los alimentos antitumorales, frente a otros claramente perjudiciales.
Los alimentos antitumorales son ricos en vitaminas. La vitamina A prevalece en los rojizos (tomate, pimiento, zanahoria, calabaza…); la C en los cítricos y la E en el aceite de oliva y frutos secos. “Alimentos de colores muy vivos y sabores fuertes a causa de sus propiedades químicas”, explica la oncóloga.
Una mala dieta mantenida en el tiempo se relaciona, según la evidencia científica, con el cáncer de estómago, o de colón, riñón y páncreas, pero también con los hormonodependientes como mama y útero en la mujer y próstata en el hombre.
La alimentación juega un importante papel en mantener una buena salud y en la protección contra el cáncer, hasta el punto de que hasta un 30% de los tumores se asocian con una dieta inadecuada, obesidad y sedentarismo. (I)