Una hembra de 15 kilogramos y 15 centímetros es el pichón de cóndor que nació hace tres semanas dentro del Distrito Metropolitano de Quito.

Los científicos de la Fundación Cóndor Ecuador todavía no saben cómo nombrarán a la cría, pero están entusiasmados al conocer que una pareja de estas enormes aves se reprodujo.

El nacimiento del polluelo es una buena noticia para la misión que cumple la Fundación, encargada de la investigación y conservación de la especie. Especialmente tras la muerte de Kitu, un cóndor bebé que nació en noviembre de 2017.

Ese avecita eclosionó de forma silvestre en las estribaciones occidentales de Quito. Sin embargo, en 2018 falleció tras caer a un abismo desde 60 metros. Sin embargo no se conoce su causa. "Probablemente habría influido la actividad de una empresa que esta haciendo trabajos en la base de su nido y ahora esta abriendo caminos alrededor del mismo", explicó Fabricio Narváez, integrante del Proyecto de Investigación del cóndor andino.

Los cóndores buscan los nidos

A diferencia de otras aves que trasladan materiales como ramas y pajillas para armar sus nidos, los cóndores exploran espacios en donde habitar. La estructura de sus nidos son plataformas o cuevas establecidas en grandes paredones de piedra.

Narváez advirtió que si bien han identificado ciertos rasgos de anidación, no hay una certeza de cuáles son las características específicas que buscan los cóndores.

A lo largo del proyecto de investigación, la Fundación ha identificado cerca de 5.000 sitios de dormideros. De estos, alrededor de 300 son los más recurrentes. "Tenemos alrededor de 300 áreas de importancia, pero apenas 14 corresponden a nidación y sus características son algo que nos generan algunas preguntas", explicó el científico.

De acuerdo a las imágenes captadas por sus sistemas de monitoreo, el nido está encajado en una quebrada que tiene una porción de roca vista y se forman algunas plataformas. De esta manera aparece una cueva bien formada.

Los cóndores no construyen nidos. Lo que hacen es utilizar plataformas y preparar el sustrato (suelo). En ocasiones muelen y recogen parte de la arena en la zona que van a depositar el huevo para hacerlo más blando.

De acuerdo a estudios previos se determinó que una cueva alcanza una temperatura aproximada de 15°C, pero en general los cóndores procuran que las áreas se encuentren resguardadas de las condiciones ambientales externas. Además, la mayor protección está generada por los cuidados parentales.

"Ellos son los encargados de transferir el calor y la temperatura necesaria", reiteró Narváez. 

 Los cuidados del pichón son compartidos

Otra de las características del cóndor es que el cuidado de la avecilla se lo dividen entre el macho y la hembra. Se turnan para encargarse del pichón, mientras el otro vigila o busca alimentos.

En un lapso de siete meses, las avecillas alcanzan el tamaño de un adulto. Su primer vuelo es entre los 6 y 9 meses.

Los cóndores se reproducen cada dos o tres años. No obstante, hay una pareja que se encuentra en la Reserva Biológica Antisana que se reproduce anualmente. Para ello, la Fundación vigila sus condiciones de reproducción.  Según la entidad, en el territorio ecuatoriano hay alrededor de 150 cóndores silvestres.

Narváez adelantó que en un plazo próximo gestionarían un concurso para que la gente bautice al pichón, pero ante todo, el llamado será como una campaña para que la gente reflexione sobre el cuidado de estas aves emblemáticas.

Esta labor cumple la Fundación desde 2012 a través de un plan a nivel nacional para estudiar la especie y conservarla. "El nacimiento del nuevo cóndor nos alienta porque vemos que podemos continuar la investigación y sobre todo motivar a la gente a respetar y valorar esta especie".

Donación para la Fundación

La Fundación Cóndor Andino mantiene una campaña de recolección de fondos a favor de esta ave icónica que tiene el Ecuador. Los interesados en apoyar esta causa pueden hacerlo a través de la página web de Haz Vaca.